IGNACIO, LA CARTA MEJOR
Por: Carlos Orozco Galeana
Es normal que cuando las campañas electorales comienzan, la gente se pregunte cómo andan las preferencias ciudadanas respecto a todos los aspirantes. La de los candidatos a gobernador por los distintos partidos, están ya a todo vapor y se observa a dos que se han alejado del resto. Como quien dice, hay solo dos sopas. Pero hace días, un diario local armó una nota sin base diciendo que el gobernador de Colima habría optado por apoyar al del Pan, afirmación temeraria que alguien debiera desmentir con prontitud en el PRI.
Por lo pronto, se ve hasta en la sopa al candidato panista. Tiene a todo mundo abrumado por su presencia, que es ya grosera. Seguro que no falta quien lo haya soñado. ¡Qué pesadilla! Se le pasó la mano y la pregunta es si su estrategia no le resta bonos entre los ciudadanos que ven cómo un tipo se gasta su dinero impunemente. Peca de protagonismo además, porque, en esencia, sus dichos no reflejan absolutamente nada útil. Su discurso principal es de confrontación. Pura grilla, pura bulla, cero ideas de un equipo formado en su núcleo por personas cuestionadas por su reciente proceder.
Mientras tanto, las encuestas y sondeos sirven solo para medir el grado de preferencia y la sensibilidad ciudadana, que beneficia hoy a IPS según Parametría. Un elector cambia de opinión de un día a otro por las ofertas, aciertos o errores de los candidatos. Falta ver también quién presenta las mejores propuestas y el cómo las aplicará. Cualquiera puede prometer que hará un río donde no hay puente, con tal de ganar votos.
Tengo confianza en el dicho del gobernador Mario Anguiano de que la población colimense es inteligente (y vaya que lo es, ubica a cada quien en su lugar), y vote a favor del candidato que garantice desarrollo, estabilidad, lucha contra la pobreza, buena educación, acción enérgica y decisiva contra la violencia y la delincuencia organizada, que reactive al campo, impulse la cultura, la ciencia, el bienestar de las familias, la seguridad, el deporte y la salud. Gran reto éste.
Requerimos a un buen gobernador, por lo que no abrigo duda que el colimense del perfil mejor es Ignacio Peralta Sánchez, quien posee un gran conocimiento de la realidad social, política y económica del país y de Colima en lo particular y de lo que el gobierno debe hacer para que el crecimiento de la entidad sea justo, ordenado y equitativo los años siguientes.
En estos días, Peralta Sánchez está conociendo el sentir de los colimenses; en sus recorridos, bañándose de pueblo, ha notado el buen ánimo hacia su candidatura en diferentes gremios; en los barrios se aprecia que la gente confía en él por su altas cualidades no solo profesionales sino porque proyecta un buen estado de salud que le da equilibrio emocional. Agranda sus ganancias por ser también un deportista consumado. Otra cosa que está clara: No se le ve cola, por lo que nadie se la puede pisar.
Ignacio rebasa en inteligencia y formación de gobierno a su contrincante panista, pero este le gana por tener la lengua muy larga que usa para confundir y lograr que la gente sea misericordiosa con él y diga y piense que, pobre, viene desde abajo. Si, viene desde abajo, y está donde está por sus habilidades que riñen con la integridad que debe tener quien aspire a gobernar, pero esencialmente a servir.
Nunca he creído en personas que se abren paso con argucias transando aquí y allá. Me preocupa que con JLPR haya quienes formaron parte del gobierno actual y nieguen sus debilidades. Desconfío también de las personas reacias a hacer autocrítica. JLPR tiene la gran habilidad para evadir cuestionamientos y faltar a la ética responsable. A todas sus conductas le haya justificación, lo que no aclara sus virtudes.
Califiquemos las propuestas que nos hagan los candidatos. Ignacio Peralta Sánchez, encarna las posibilidades de un gobierno dinámico, formal, efectivo y capaz de trazar el rumbo de desarrollo que Colima requiere. Es la carta mejor que tenemos los colimenses.