CONDICIONES PARA PERMITIR LA PLANTA DE AMONIACO Y UREA EN CUYUTLÁN

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Por José Díaz Madrigal

Allá por los años de la infancia, había aquí en Colima una céntrica bodega que vendía fertilizantes. Ésta bodega se ubicaba por la calle Zaragoza, entre Ignacio Sandoval y Cadenas, cerca del Mercado Obregón. Tenía en una de las bardas a lado del enorme portón que servía de entrada para camiones, un anuncio con letras grandes que decía: GUANOS Y FERTILIZANTES.El anuncio estaba más o menos a metro y medio de altura desde la banqueta, así que no faltó algún guasón, de esos vales ocurrentes que aprovechando que le quedaba fácil; con un pedazo de carbón agregó la letra “i” antes de la palabra GUANOS, dando como resultado que ahora se leía “IGUANOS”.De vez en cuando era la ruta de regreso de la escuela primaria a la casa. Comentando con un compañero de camino le pregunto: ¿oye tú, aquí venderán iguanas o a la mejor el dueño es de Tecomán, por aquello que les dicen iguaneros?El caso es que aunque quitándole la “i” no sabíamos que era el GUANO. Una empleada del lugar nos explicó, el GUANO es un abono natural para las plantas, proveniente del popó de pájaros marinos y, que éste era recogido donde abundan éstas aves, se embolsa y luego se vende como nutriente a los agricultores.La empresa GUANOS Y FERTILIZANTES, después de haber trabajado exitosamente a nivel nacional por más de 40 años, desapareció para crear FERTIMEX, una paraestatal que desde su fundación a finales de los setentas, se ha caracterizado por los malos manejos administrativos.A principios de los setentas, antes de FERTIMEX, México exportaba Amoniaco y Urea. Después ya con FERTIMEX en el escenario, nunca se ha dejado de importar esos dos productos de otros países, para satisfacer la demanda interna; puesto que el que se produce no alcanza para el mercado nacional.El Amoniaco se ha venido produciendo en nuestro país desde 1951, es decir, desde hace 72 años y durante todo ese tiempo, nunca ha habido algún accidente relacionado con las plantas productoras de Amoniaco en México. El veterano ingeniero químico Pani Espinosa, experto en el tema del Amoníaco, refiere que las modernas plantas de Amoniaco son por mucho más seguras que las pioneras de hace 60 ó 70 años, que no tuvieron accidentes, con mayor razón las de nueva generación monitoreadas y vigiladas automáticamente por computadoras.Desde que se dió a conocer la información en COLIMANOTICIAS, acerca de la intención de una empresa procedente de la India de montar una planta productora de Amoniaco y Urea en las cercanías de Cuyutlán; francamente se ha desatado una tremenda oposición a dicho proyecto, por diferentes sectores de la población que, con justificado temor desconfían de esa idea.Se está en contra por los riesgos que existen de provocar daños a la ecología de la zona. Primero por la perforación de 19 pozos para extraer agua salada por miles de litros, desalinarla y conducirla hasta la planta. Otro temor es que se contaminen las aguas y los mantos friáticos que se usan para consumo humano en Armería y Manzanillo, poniendo en riesgo la salud de los habitantes de esos municipios.Los trámites de factibilidad ya están en la SEMARNAT, institución federal que le toca ventilar éste tema. Sí la sociedad y el pueblo definitivamente no están de acuerdo con la planta, aunque la SEMARNAT la autorice, sencillamente no se lleva a cabo la construcción. Pero antes de que se desborde a rajatabla una resistencia popular, es válido poner sobre la mesa del debate las siguientes consideraciones, para vislumbrar una posible anuencia del pueblo. . .Que no se les permita perforar ningún pozo para extraer agua, es decir, cero aguas subterráneas. Sí la necesitan, que la tomen directamente del mar. Una vez desalinada y que haya cumplido su propósito, el agua sobrante se pasará a una planta de tratamiento, con el fin de hacerla totalmente potable y se pueda utilizar con otros fines, pero no vaciarla a la laguna ni al manglar, para evitar algún posible riesgo de daño ecológico a reserva de que sean autorizados por un equipo de biólogos expertos.Actualmente se tienen desarrollos tecnológicos mexicanos que permitirán ayudar a poder producir energía eléctrica 100% libre de carbono para esa planta y, a su vez contribuir a la desalinización del agua de mar, que se requiere para la operación de la misma. Contribuyendo con ésta nueva tecnología, a reforzar el compromiso de certeza en el cuidado medioambiental.En Cuestión de seguridad, se implementaran los sistemas más rigurosos en este rubro de producción de Amoniaco y Urea. Formando un equipo de inspectores y bomberos entrenados y certificados para el control interno, listos para cualquier contingencia las 24 horas del día.Poner en marcha un sistema de auditorias periódicas para el control operativo de la planta, con el fin de que siempre esté en condiciones óptimas, involucrando para éstas auditorias a la Universidad de Colima, el Congreso del Estado, Cabildo de Armería, salineros, pescadores, ramaderos, hoteleros, la Junta Municipal de Cuyutlán, diferentes organismos de la sociedad civil y agroproductores de la zona. Con tantos sectores comprometidos, se evita cualquier intento de corrupción.Se estima una inversión de 1,500 millones de dólares. Sí ésta empresa se quiere ganar la buena voluntad del pueblo, tiene que destinar un 5% del costo total, en obras que beneficien a todo el Estado de Colima, haciéndolas al mismo tiempo que se construye la planta. Dentro de las propuestas serían: primero que todo las mejoras que quieran los habitantes de Cuyutlán y de Armería, construir 4 hospitales equipados de 50 camas cada uno en Colima, Tecomán, Manzanillo y Armería.Una vez concluida y puesta en operación la planta. Como justicia social, por permitir la fábrica en su entorno, a los habitantes de Cuyutlán se les brindará energía eléctrica gratuita para todas sus casas, durante todo el tiempo que dure trabajando la planta.Así de ese modo, gana todo mundo: los empresarios, el pueblo de Colima y de todo México, con suficiente fertilizantes baratos para la producción de alimentos. Y sí no jalan los hindues con éstas condiciones, pues que no se haga la planta en Cuyutlán.