ANÁLISIS

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Reforma Hacendaria: ¿Una reforma Social?

Por: Luis Ávila Aguilar

Controvertida ha resultado la Reforma Hacendaria presentada por el Presidente de la República Enrique Peña Nieto al Congreso de la Unión y que de aprobarse habrá de entrar en vigor a partir del uno de enero del año 2014, en tanto esto ocurre,  el  ejecutivo calificó la iniciativa como un instrumento social en la cual pagarán más quienes más ganen, lo que sin duda fortalecerá el régimen de seguridad social en nuestro país.

En lo general percibo que salvo algunos asegunes,  la iniciativa ha sido bien recibida por el conjunto de los actores políticos, económicos y sociales. Consultado por quien esto escribe a un contador fiscalista  colimense respecto a cuál era su opinión sobre el paquete, me comenta de entrada  que el conjunto de los empresarios recibieron de buena manera la propuesta porque tiende a favorecerlos, como por ejemplo en la  eliminación de los impuestos IETU y el Impuesto a los depósitos en efectivo IDE.

Sin embargo y debemos reconocerlo, la deuda fiscal ha sido histórica con los sectores sociales más desprotegidos de la economía,  ya que se ha privilegiado el  proteccionismo fiscal de estímulos y de exenciones a quienes más ganan, gravando en consecuencia  más a quienes tienen  menos opciones económicas,  con esto se busca lograr el equilibrio en la carga fiscal para que esta sea justa.

Con la reforma hacendaria anunciada por el Presidente de la República se pretende  la   generación de 240 mil millones de pesos extras  sin gravar con IVA a alimentos y medicinas y crear con ello un Sistema de Seguridad Social basado en la entrega de la pensión universal y la  creación, hoy inexistente,  del Seguro de Desempleo que habrá de favorecer la incorporación a la formalidad de millones de mexicanos que hoy en día no gozan con un régimen de seguridad que les garantice el retiro digno de su vida productiva laboral.

Pretende la iniciativa,  cosa que me resulta altamente positivo  porque se captarán recursos frescos sin castigar a las clases populares,   gravar con un 10 por ciento las utilidades de la bolsa mexicana de valores y a las ganancias que las empresas pagan a sus dueños. Se busca así mismo captar 12 mil 455 millones de pesos en la creación de un nuevo impuesto a endulzantes y refrescos, esto se dice,  para combatir la obesidad.

Mucho más conlleva la reforma fiscal, el no incremento de la tasa del Impuesto al Valor Agregado IVA, manteniéndose en el 16 por ciento y uniformándose  para todo el país, recordemos que en la frontera norte de nuestro país es del 11 por ciento, por otro lado,  el pago del impuesto en colegiaturas pareciera ser la parte que incomoda a un especifico sector de la economía.

Busca entre otras cosas torales para el Sistema Tributario Nacional, combatir la informalidad, cuya actividad hoy en día es alta en las  estadísticas en México, un nuevo esquema  fiscal para Pemex y en donde la empresa  cambiará de régimen a fin de que al igual que otras empresas tenga un tratamiento similar y aproveche mejor sus ingresos en palabras del propio Presidente. La educación y la salud se verán beneficiadas al pretender ser canalizados ocho mil 500 millones de pesos para aumentar el número de escuelas de tiempo completo y la creación de un programa nacional de excelencia.

Tenemos de entrada, una iniciativa de reforma fiscal,  “Justa y Social “ que además de cobrar más a quienes más ganan pretende fortalecer los programas sociales, a los estados con una nueva y justa redistribución de sus ingresos,  que nos dice el cómo y el dónde,  para alcanzar los objetivos propuestos y en el que sea México en su conjunto el único beneficiado;  habrá que esperar la buena voluntad de los legisladores y una vez aprobada ésta,  que todo lo comentado se cristalice en una realidad y no quede sólo en un acto mediático publicitario, que verdaderamente se logren los beneficios para quienes lo requieren… Al tiempo.

 

Luis Avila Aguilar: Es Licenciado en Ciencias Políticas y Derecho.

Profesor de la Universidad de Colima

Email: [email protected]