Por: Gustavo López Solórzano
Escuchar la frase los truenos de mayo, significaba una fiesta para la chiquillada de mi época infantil. Las lluvias traían consigo tardes de familia acompañadas de atole de masa con piloncillo y gorditas en la manteca, que por cierto, hoy dicen que es mejor que el aceite. En las calles se formaban pequeños arroyos y los barcos de papel nos transformaban en un valiente y osado capitán listo para cruzar los siete mares y enfrentarnos al Kraken o cualquier otro monstruo marino nacido de nuestra amplia imaginación.
Por las tardes, cuando la lluvia se detenía un poco, el señor de los churros nos deleitaba con el delicioso producto azucarado y cuyo aroma se esparcía por toda la cuadra. El pan de La Trinidad, llegaba a las afueras de mi casa y se vendía así; como pan caliente, mientras que doña Socorro, la señora que vendía pozole, tamales y atole, terminaba temprano su venta, al igual que la señora que vendía camotes tatemados allá por el barrio de la sangre de Cristo. La lluvia era siempre un buen augurio, un verdadero regalo, no solo para la gente del campo sino también para los de la ciudad. El rio Colima decía mi madre, servía para bañar a los elefantes de algún circo, y en tardes lluviosas su caudal sobrepasaba el nivel del puente.
La gente se levantaba temprano para barrer el frente de sus casas y al escuchar al campanero, salían corriendo con sus bolsas de basura en mano. Hoy algunas personas descargan sus deshechos al rio e incluso algunos se detienen en sus vehículos solo para arrojar algunas bolsas de basura, hay quienes dicen que el Imss también hace lo propio con sus desperdicios tóxicos, el rio es ordeñado casi desde su nacimiento y como dice José María Napoleón en su tema “señor de edad” “el rio ya no canta y corre por el desperdicio inmundo en lugar de pez vomito de fábricas han vaciado en el y se muere el árbol de la sombra fiel”.
Lo bueno de todo esto es que ahora el ayuntamiento de Colima realiza una limpieza y mantenimiento permanentes a los ríos y arroyos de la ciudad. Además, para estas fechas ya está preparado para recibir al temporal de lluvias, ríos y arroyos, mismos que han sido limpiados dijo el presidente municipal y léame bien apreciable lector, han recolectado más de 22 toneladas de basura y desechos diversos. Las áreas que tienen que ver con este tipo de servicios están preparadas y desde luego, el exhorto del Prof. Federico Rangel es a los ciudadanos responsables para que apoyen, se sumen a las acciones del ayuntamiento municipal y coadyuven con su participación para que la limpieza se haga en beneficio de toda la sociedad colimense.
Es realmente cierto lo que señala el edil capitalino, pues la responsabilidad de cuidar, y mantener limpio, funcional y en óptimas condiciones a nuestro municipio es de todos, principalmente de los ciudadanos. La principal tarea es evitar la contaminación, pues con ella se generan no solamente problemas ambientales sino graves daños a nuestra salud. Bien por el ayuntamiento de Colima que tiene como parte de Plan de Desarrollo Municipal, acciones concretas que redundan en más y mejores resultados para los colimenses. Es cuánto.