PARACAÍDAS
Por: Rogelio Guedea
Para empezar, no veo yo nada de malo en que la gobernadora Indira Vizcaíno haya cantado “Jefe de Jefes” en la pasada presentación de Los Tigres del Norte en la Feria de Todos los Santos, nuestra máxima celebración colimense. Yo he cantado muchas veces con mi guitarra, en casa, acompañado de mis hijos, a los Tigres del Norte, a Ramón Ayala, a Chalino Sánchez, etcétera, y nunca ha sido precisamente para hacer apología del delito ni apología de nada, sino simplemente para ser felices un instante como familia: cantando. La música es mucho más que simples palabras o mensajes, lo sabemos. Es algo más sublime que eso. Y en esto estamos todos de acuerdo. El problema esencial ha radicado en que, para este caso particular, se ha juntado el hambre con las ganas de comer, esto es una violencia desmedida en nuestra entidad y una Ejecutiva estatal que no midió las consecuencias de una acción de suyo pueril, todo ello en medio de una sociedad dolida, sensible, furiosa que se lo reprochó a grito abierto, como pudimos verlo en las redes sociales donde circuló ese video de la gobernadora cantando. No creo, sinceramente, que la intención de la gobernadora Indira Vizcaíno haya sido herir al pueblo colimense (¡quién buscaría su propio perjuicio!), y por eso esto significará una gran enseñanza para ella, pero sí creo que, incluso, la venida de los Tigres del Norte y de todo el resto de los artistas que vienen a tocar de manera gratuita a nuestra Feria, pudieron haberse prescindido no sólo por el altísimo costo que eso ha implicado (leí por ahí que una presentación de los Tigres del Norte puede costar hasta tres millones de pesos), sino también por las necesidades económicas apremiantes que se tienen en otros rubros, por ejemplo el de la propia seguridad y, sobre todo, el de la salud, en el que miles de colimenses no están recibiendo la atención médica adecuada por la carencia de medicinas y servicios. Si bien es cierto que pan y circo (panem et circenses, antigua locución latina) es lo que se estila para mantener contenta a una población en tiempos aciagos, hay circunstancias en que los tiempos aciagos son tan grandes que requieren más que pan y circo. Por ejemplo, habría sido mucho más popular haber dicho que esta feria iba a ser modesta en cuanto a artistas gratuitos y muchas cosas más porque en lugar de invertir todos esos millones en el pago de estos espectáculos (que duran una sola noche) se invertirían en reforzar temas específicos de salud o seguridad. De esta forma, estoy seguro, la gobernadora pudo haber salido cantando no sólo “Jefe de Jefes” sino también “Contrabando y traición”, “El Chapo Guzmán”, “El cártel de a kilo”, “La reina del sur”, etcétera, y no hubiera pasado nada, incluso todos se lo hubieran aplaudido, porque, como sabemos, las causas están íntimamente ligadas a sus consecuencias. Será muy positivo, pues, que en lo sucesivo (tiempos electorales) la gobernadora refuerce los protocolos de toma de decisiones de su gobierno para que así, de esta manera, acciones como ésta no sigan impactando de manera negativa su gestión, y más cuando en el fondo (como creo que fue en este caso) no se quiso con ello herir la susceptibilidad de los colimenses.
*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.