PUNTO SOCIOLÓGICO

0

Por: J. Daniel Miranda Medrano*

OBVIO, ES OTRA ADMINISTRACIÓN

Con relación a todos los sucesos políticos que se están dando en la entidad, me parece que hay que destacar dos situaciones que tiene que ver con todo esto. La primera es  que el arribo del nuevo gobierno se dio contra muchas posibilidades en contra, permitiendo  una continuidad en el partido en el pode; y  la segunda es que a pesar de ello es otro gobierno, otra administración y otras gentes en el poder y en la forma de hacer política.

Si bien los malos gobiernos priistas ocasionaron la alternancia en algunas emblemáticas entidades federativas en las pasadas elecciones loclaes, cuyos electores mostraron un severo rechazo al tricolor, en esta entidad de cocos, palmeras y elecciones extraordinarias no fue así, y ello incluso en contra de muchos vaticinios.

Cuando un partido retiene el poder en alguna elección (hablemos de las de gobernador), la práctica política permite vislumbrar que el gobernante entrante, al ser del mismo partido del saliente, va a proteger los intereses de quien deja el poder y de todo su equipo. Caso contrario sucede cuando hay alternancia porque los nuevos poseedores del poder político pueden investigar o actuar con más fuerza en contra de quienes le antecedieron.

Esto  no forzosamente se tiene que aplicar en los hechos; aunque se espera que cuando hay continuidad, él y el ex gobernante se protegen si son del mismo partido; situación que no se vislumbra cuando hay alternancia.

Todo ello viene a presentarse porque los hechos políticos que se están dando actualmente en Colima parecen romper esta regla no escrita del régimen político. Pero esto es así simplemente porque el antecesor del actual mandatario arriesgo todo para que se diera la alternancia, cosa que no sucedió. Mario Anguiano apostó todo al principal partido opositor porque no se le permitió designar a su delfín rompiendo otra regla de oro de la política de jugar a favor de su partido.

Los hechos posteriores demuestran lo anterior, el libro blanco de PWC,  la Osafig, y demás actores involucrados, y un ejemplo de ello es el desencuentro que se ha visto con el ya no por mucho tiempo delegado de Sedesol, con la Contraloría del estado.

La reacción del delegado, a quien se le señaló de presunto conflicto de intereses ha salido a la palestra precisamente como gato bocarriba negando todo tipo de acusaciones, y por cierto y como dijera el popular respecto de las barbas remojadas del vecino, poco a poco van a irse cambiando a los delgados federales del anguianismo.

Lo dicho, es otra administración y muy distinta a la anterior, aunque sean del mismo partido. Es solo el principio respecto al desaseo que dejo el anguianismo.

 *@jdaniel17