Si bien se han conseguido objetivos como avanzar hacia la cobertura universal de salud y la ampliación de programas como Oportunidades y el Seguro Popular, las tres grandes metas enunciadas por el Ejecutivo, después de tomar posesión, se ven lejanas a 15 meses de culminar su encargo. La pobreza extrema no avanzó, pero se sumaron tres millones de personas al grupo de la población que no alcanza a cubrir sus necesidades básicas. La causa, la recesión de 2009 derivada del derrumbe del sistema financiero mundial y el alza en los precios de los alimentos el año previo, de acuerdo con el gobierno federal.
La medición más reciente de la pobreza, a cargo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), indica que de 2008 a 2010 la población en pobreza pasó de 48.8 a 52 millones de personas, de los cuales 11.7 millones viven en condiciones extremas por falta de recursos, misma cifra que en 2008. La evaluación también detalló un incremento en servicios de salud y educación. El gobierno federal pretende lograr el próximo año la cobertura universal en salud, mediante la complementación del Seguro Popular a los esquemas convencionales de protección social como el ISSSTE, el IMSS y los sistemas de seguridad de las Fuerzas Armadas.
Con 96 millones de personas que ya están inscritas a algún sistema de seguridad social, se ha declarado la cobertura universal en Chiapas, Baja California Sur, Morelos y San Luis Potosí. Mientras que el programa Oportunidades cubre a 6.5 millones de familias en el país, cuando al inicio del sexenio había 5 millones de hogares beneficiados que reciben apoyos alimentarios y de salud, además de que se inició el seguro médico para una nueva generación que tiene afiliados a 5 millones de niños que nacieron a partir del 1 de diciembre de 2006.
En seguridad, el 12 de diciembre de 2006, un día después de anunciar la Operación Conjunta Michoacán, el presidente Felipe Calderón anunció la incorporación de 10 mil soldados y marinos a la entonces Policía Federal Preventiva, y una vez fortalecida la corporación y el Ministerio Público federal “estaremos en condiciones de restituir y reintegrar paulatinamente a las Fuerzas Armadas a las labores distintas a las de la coadyuvancia con las autoridades civiles que prevé la ley”.
La última cifra que dio a conocer la autoridad, en enero de 2011, se habían registrado 34 mil homicidios vinculados al crimen organizado. En 2007 hubo 2 mil 826 ejecuciones; en 2008, 6 mil 837; en 2009 se llegó a 9 mil 614, y en 2010 se alcanzaron 15 mil 273. El gobierno federal ha ubicado, reiteradamente, como la causas de dicha violencia a los enfrentamientos entre bandas criminales, la debilidad de autoridades locales, y la confluencia con atractivos mercados locales con rutas de distribución de narcóticos a Estados Unidos.
Después de tomar posesión, en el Auditorio Nacional, el presidente Calderón advirtió lo que ha reiterado durante todo su mandato: “Restablecer la seguridad no será fácil ni rápido, tomará tiempo, costará mucho dinero, incluso, por desgracia, vidas humanas. Pero ténganlo por seguro, esta es una batalla en la que yo estaré al frente, una batalla que tenemos que librar y que unidos, los mexicanos vamos a ganar a la delincuencia.”