CULTURALIA

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LOS TÚNELES DE COLIMA

Por: Noé Guerra                          

Fue el miércoles 16 de marzo cuando ante un auditorio lleno, el del Archivo Histórico del Municipio de Colima, convocados por la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México, capítulo Colima, coincidimos el Dr. Guillermo Ruelas Ocampo de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos, el Mtro. José Luis Silva Moreno del Archivo Histórico Municipal, el Mtro. Fernando Rodríguez García del Instituto Nacional de Antropología e Historia; y el que escribe, para hablar y desde nuestras ópticas abordar el tema de “los túneles de Colima”, versión arraigada en algunos y promovida por otros con fines turísticos y que ante la cual, adelanto, he manifestado abiertamente mi incredulidad, motivo por el cual, creo, fui invitado al panel con dichos especialistas.

Incluso hay quienes han publicado que: “La leyenda de estos túneles, al parecer nadie la conoce, sin embargo muchos hablan de que existen, de que cruzan la ciudad por debajo de la tierra, de que comunican entre sí a la mayoría de los templos de la ciudad, que este pasadizo obscuro y secreto se inició en el templo de San Francisco de Almoloyan, donde existió un monasterio por el siglo XVI, de donde se desprende la comunicación subterránea hasta llegar al templo…”

Lo cierto es que dicha versión se afirma a mediados de los años cincuentas del siglo pasado cuando por accidente, durante los trabajos de ampliación de la entonces calle Nueva, antes Porfirio Díaz, se hacían para la apertura de lo que hoy conocemos como la av. José Ma. Pino Suárez, al poniente de la ciudad, y que en su cruce con la Maclovio Herrera y el Jardín de San Francisco, una de las maquinas se hundió, la que al ser sacada dejó al descubierto una aparente construcción subterránea de poco más de dos metros de oquedad con trayecto de norte a sur, lo que dio paso a la versión de “los túneles de Colima”.

Desde entonces se han “descubierto” otros, como el de la finca de 5 de mayo #87, el de la Cooperativa de los Salineros, el de la Catedral, el de San Francisco, el de La Atrevida y así, que si fueron edificados por monjes franciscanos para ocultar sus travesuras, que si era una red conectada entre las parroquias y edificios estratégicos; que si los construyeron o usaron los cristeros, que si el “Indio Alonso” o el “Chivo Encantado”; que si algún poderoso furtivo amante, que si para el contrabando… en fin mil y una conjeturas fundadas en el dicho de alguna mentecilla imaginativa, alimentadas por el rumor ciego y afirmadas en el chisme morboso que a fuerza de repetirse suele hacer de la mentira, verdad.

Pero dejémonos de cosas y vayamos al hecho de lo que se define como Túnel. Según la enciclopedia virtual: “Túnel es aquella construcción que tiene por objetivo principal comunicar dos extremos que, de otra manera, se mantendrían separados para permitir el paso por espacios cerrados, por lo general son subterráneos. Son en su mayoría construcciones artificiales obra del ser humano hechas con el propósito de pasar de un lado a otro cuando dos puntos se encuentran separados por materia. Hay dos tipos de superficies en los que se suelen construir túneles: los naturales y los urbanos y según los estudiosos en el tema, la inversión en recursos para su construcción suele ser cuantiosa ya que son de las obras más complejas realizadas por el ser humano al ser artificiales y requerir condiciones específicas de seguridad.”

La conclusión en la mesa, para desilusión de muchos que esperaban oír algo adicional a la versión que daban por cierta, fue que se trata de bóvedas hidráulicas, es decir canales que originalmente encauzaban arroyos que con diferentes orientaciones cruzan la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez, los que en su momento, ante la necesidad de más espacio superficial para vialidades y casas habitación paulatinamente fueron “techados” o embovedados, lo que pudo haberse dado de principios a mediados del siglo antepasado, el XIX, con el arribo de europeos y la edificación de los principales puentes de la ciudad, cuya técnica constructiva coincide; por lo que no, no hay túneles, son bóvedas y los de las casonas, son sótanos, pero no túneles.