TAREA POLÍTICA

0

EL BENEFICIO DE LA DUDA

Por: José Luís Santana Ochoa

El primer gran reto que enfrenta el precandidato a la gubernatura del estado de Colima 2015-2021 por el Partido Acción Nacional, Senador Jorge Luís Preciado Rodríguez, es convencer a sus propios camaradas, a  la opinión pública y a los electores, de que esta vez, a diferencia de las elecciones de 2012, irá a la contienda electoral a participar para ganar, no para facilitarle las cosas al desangelado candidato de Enrique Peña completamente copado ya por los líderes del Otro PRI al grado de que hasta al Roky le han endilgado. Si el polémico pero hábil y eficaz político blanquiazul acredita con hechos que en esta oportunidad no hará travesuras como las que ha hecho hasta ahora, se pone serio y convence a quienes tiene que convencer, de que en verdad va con todo para impedir la restauración del recargado fernandato, y a favor del cambio que exigen “los y las colimenses”, como pregona, podrá convertirse en la alternativa que echaría abajo la tan cantada inevitabilidad de la asunción al poder estatal el 1 de noviembre de 2015 de quienes tanto lo han añorado en los últimos dos sexenios y cuyas enromes riquezas inmobiliarias y de todo tipo acumuladas a su paso por el gobierno estatal están a la vista de todos.

Podrán venirse “todo el Comité Ejecutivo Nacional de PAN, Ricardo Anaya, el Presidente del PAN Nacional, Gustavo A. Madero; Senadores y gobernadores panistas”, al registro de la candidatura de Preciado Rodríguez ante el IEE el próximo 1 de marzo, pero tal despliegue no le añadirá un codo en las preferencias electorales de los colimenses a Preciado Rodríguez si el mismo no es acompañado de decisiones que recompongan el desmadre creado al interior del panismo estatal con tanto brinco y maroma, y empiecen a recuperar la credibilidad y la confianza de los confundidos votantes que a estas alturas no saben quién es quién en la farándula política panista.

Está bien que para la Coordinadora del Grupo Parlamentario del PAN en el Congreso del Estado, Gina Aracely Rocha Ramírez, “los panistas deben unirse con el precandidato único a la gubernatura del Estado, Jorge Luis Preciado Rodríguez”, pero tal cohesión no se dará sólo porque ella la prescriba, así diga que “Nosotros- los panistas- tenemos como partido que estar unidos con el candidato que esté actualmente, y siempre tenemos la perspectiva de que vamos a ganar y lo vamos a intentar”. Para que la invocada unidad del panismo colimense en torno a su candidato a la gubernatura se materialice, Jorge Luis Preciado Rodríguez necesitará de  un mucho de gracia y otras cositas, una de ellas, lograr que los propios panistas y la ciudadanía en general le concedan el beneficio de la duda.

Por el bien del libre juego democrático, ojalá que al final de la truculenta historia de doble y hasta triple juego, haya en Colima una competencia real, auténtica, cierta y transparente, por todos los cargos de elección popular cuyos nuevos titulares habrán de definirse en las urnas el domingo 7 de junio de 2015. Un mínimo de incertidumbre en los resultados de votación esperados le pondría interés al evento trianual que a nadie le conviene arreglado de antemano, ni a los partidos ni a los ciudadanos, mucho menos a los costosísimos organismos electorales que entonces perderían su razón de ser y sus integrantes la justificación de sus altísimos sueldos y prestaciones.

 

EL ACABO

  • JLPR no descarta que ya siendo candidato salgan a la luz pública algunos “pecados”, pero confía en que los colimenses le den la confianza necesaria para que el PAN gobierne Colima.
  • Tiene razón el diputado local Francisco Rodríguez García, tal como lo reconoce su de pronto objetivo compañero de legislatura, Martín Flores Castañeda, al opinar que “el sistema del voto en el extranjero no está establecido en la constitución local, no es obligación constitucional que el órgano electoral genere condiciones para el voto de los colimenses en el extranjero para la elección de gobernador, además de resultar muy costoso para la participación que ha habido históricamente”. Saldría más caro el caldo que las albóndigas, para decirlo sin tanto rollo.