Por: Jonás Larios Deniz*
En el marco del XXX aniversario de creación de la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Colima, se presentó el número 15, segunda época de la revista Géneros. Dicha revista es la marca indeleble del esfuerzo de mujeres académicas incansables que desde la década de los noventa han venido construyendo los escaparates para dar voz muchas otras mujeres, desde la Universidad de Colima hacia la sociedad colimense y después hacia el mundo global. La Asociación Colimense de Universitarias (ACU) fue la plataforma que hizo posible la institucionalización del concepto de género en el estado de Colima; así mismo, estableció los derroteros para iniciar una lucha sistemática y de largo plazo que buscó la equidad entre mujeres y hombres en el contexto universitario y en la sociedad en general.
La voz de la revista fue creciente y firme, no obstante la sospecha permanente que vivía frente a una estructura masculinizada y muchas veces machista. El lenguaje científico, la rigurosidad de sus contenidos y su toque de femineidad expresada en un diseño de coquetos encajes captó la atención de propios y extraños. Los encajes cumplieron su cometido, construir una paradoja a partir de la apropiación del estereotipo del concepto de mujer.
Hoy que la Facultad cumple treinta años de su creación, celebro también el tino de la maestra Sara Lourdes Cruz Iturribarría. Sara Lourdes irrumpió en Colima como una feminista de cepa. La más guapa maestra le decía yo siempre, sin pretender ofender su condición de activismo académico. Pero, era difícil pasar por alto su buen gusto, su delicioso estilo de mujer que disfruta de su arreglo personal sin poner en riesgo sus ideales de progreso. La exdirectora de la Facultad de Pedagogía trabajó arduamente por casi dos décadas en el posicionamiento del feminismo y la perspectiva de género, y me gusta decir que la Facultad de Pedagogía abonó a la sociedad colimense y a la visibilidad de los derechos de las mujeres con el nombramiento de la maestra Sara Lourdes como la primera directora del Instituto Colimense de las Mujeres. Así mismo, Sara Griselda Martínez, egresada de la Facultad y también exdirectora, se revela a través de la revista Géneros como una intelectual con perspectiva de género y cuestiona la imperante necesidad de sensibilizar el discurso y la normatividad universitaria desde la equidad y el respeto entre mujeres y hombres. Hubo muchas otras mujeres que asociadas en este grupo de universitarias hicieron crecer el debate feminista y lograron establecer pautas de lenguaje y objetos de estudio nunca antes considerados. También mi reconocimiento a Flor Preciado y Gaby Cruz Iturribarría, colaboradoras siempre del equipo impulsor de la Asociación Colimense de Universitarias y la Revista Géneros.
Aprovecho para celebrar el feliz encuentro en mi vida académica de mujeres universitarias poderosas como Martha Alicia Magaña, Guille Araiza, Azucena Evangelista, Ciria Salazar, Nancy Molina, Karina Robles, Arcelia Pérez, Ma. de los Ángeles Rodríguez, Gilda Callejas, Genoveva Amador, Lupita Carrillo, Vianey Amezcua, Ada Aurora Sánchez, Gloria Vergara, Gabriela González, Hortencia Alcaraz, Mirthea Acuña, Carmen Alicia Santos, Carmen Silvia Peña, Claudia Yáñez, Ana Uribe, Karla Covarrubias, Ana Zermeño, Paty Salazar, Paty Ceballos, Ma. del Rosario Gahona, entre muchas universitarias directivas que destacan como botones de muestra de la conversión a la equidad de género de nuestra alma mater. Falta mucho, pero el camino está claramente trazado. La revista Géneros número 15, ya está a la venta.
*Profesor-investigador de la Universidad de Colima