Peña, justo en el fondo

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Por:  Eric Ricardo Ramírez Álvarez
Una serie de catastróficos tropiezos, yerros y desatinos ha venido dando el Presidente Enrique Peña Nieto en los últimos meses, por no decir que en toda su administración. Las consecuencias fatídicas de su ya notable impopularidad el día de hoy van más allá de la posibilidad de que su partido retenga la presidencia en el 2018. Justo cuando se pensaba que Peña había tocado el fondo del abismo, rebasando nuestra extinta capacidad de asombro, vuelve a cometer un craso error: invitar y recibir a Trump, el hombre más odiado por los mexicanos actualmente.
La falta de pericia del presidente, su torpeza, sus constantes dislates, ya no son sorpresa para los mexicanos, pero sí lo es la inexplorada posibilidad de que su gabinete poco a poco comienza a abandonarlo, o lo que es peor para él: ayudarlo a tocar, ahora sí, el fondo del abismo. Solo así se explica que integrantes de su mayor confianza y de su “equipo compacto” hayan orquestado este tristemente célebre episodio de la visita de Trump, que ha sido bautizado como el “error histórico” de Peña Nieto.
La opinión pública, la oposición, e inclusive la misma militancia priista no dan crédito al tamaño de la estupidez cometida por el primer priista de México. Y los más aguzados analistas hoy abren la puerta a pensar que ya hay en el gabinete de Peña, quien piensa y/o orquesta la terminación anticipada de su mandato. ¿Será que Luis Videgaray y su equipo prevén un escenario en el uno de los suyos sustituya a Peña Nieto antes del 2018? Todo parece indicar que así es. Solo así podría explicarse esta lamentable decisión que ha llenado de indignación al país.
Los ciudadanos de a pie no nos explicamos cómo es posible que el hombre que más ha ofendido a los mexicanos haya sido recibido como un jefe de estado, con todas las cortesías y atenciones, para venir a humillarnos a nuestro propio país. Aquella chamaqueada de Trump a Peña, y de pasada a los mexicanos , simplemente se explica con dos posibles razones: o EPN de plano es demasiado bruto; o le tendieron una trampa quienes ya orquestan su anticipada salida de la Presidencia.
Peña, hoy más que nunca convertido en la caricatura de sí mismo, ha tocado el fondo del abismo, y ha despedido la posibilidad de que uno de los suyos sea Presidente en el 2018, pero lo que es peor: abrió la puerta a la sociedad indignada a clamar por su renuncia.

De refilón:
1.- Informe a modo.
Anteriormente , por mandato constitucional el Presidente debía rendir informe del estado que guarda la administración pública federal ante el Congreso de la Unión en uno de los actos más relevantes de nuestro republicanismo. Tras los congresos divididos que nos dejó la alternancia en México, esto fue modificado para que el Presidente no acuda ya al Congreso a presentar su informe. Por lo cual actualmente se le ve al Presidente en escenarios artificiales, cómodos y orquestados para retomar lo que algún día fue “el día del presidente”, en aquel tiempo del partido hegemónico en donde el mandatario iba a recibir aplausos y elogios entre correligionarios y familiares, reflejando más un acto de culto al presidencialismo, que un verdadero ejercicio democrático de rendición de cuentas. En los tiempos actuales, deberían ya reconsiderar que el poder ejecutivo acuda nuevamente al Congreso a rendir informe, y no solo eso, inclusive abrir la posibilidad a retomar instituciones y figuras del parlamentarismo europeo, como lo es la pregunta parlamentaria, en donde pueda darse un verdadero debate entre legislativo y ejecutivo sobre el estado del país. Si no es así, el informe presidencial seguirá siendo una extensión de esta caricatura de presidente que hoy tenemos. Tal como lo vimos en el tragicómico 4to informe de gobierno realizado el pasado primero de septiembre.
2.- Enrique Ochoa Reza, rabioso aplaudidor.
Qué mal se ve dilapidando la poca credibilidad que había ganado en la academia el Doctor Enrique Ochoa Reza defendiendo a capa y espada a EPN con argumentos tan risibles como inverosímiles, deshaciéndose las manos aplaudiendo triunfos imaginarios y enarbolando galardones de oropel, y hasta diciendo que: “el principal activo del PRI, es Enrique Peña Nieto. Algo le habrán prometido para haber decidido arrojarse al vacío con tan indefendible causa, una pluri al Senado, quizás, de otra forma no se explica uno cómo a cada porra que le avienta al presidente, le echa una pala de tierra a su tumba política. En fin, el nuevo PRI.

*El autor es Licenciado en Derecho por la UNAM, Diplomado en Prevención del Delito por la Universidad de Chile, Locutor, y Presidente de la Asociación Civil “Estrategia 20-21”.