NADAR ENTRE TIBURONES

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

El Día Internacional de la Mujer celebrado la semana pasada refirió los logros alcanzados por las mujeres los últimos años en varios continentes y celebró los pormenores de sus luchas actuales. Hubo manifestaciones multitudinarias, como la de España con 5 millones de participantes, para que las sociedades sepan que sin ellas “se para el mundo”. Y como tenía que ocurrir, no faltó recordar el largo camino andado por ellas para participar en la conformación de legislaturas, gobiernos y partidos.

La mujer es hoy poder, no invento esta idea; es una fuerza irresistible que se abre paso con seguridad y certidumbre en el destino que se elige. Aunque tiene oposición férrea de los varones, ha ido avanzando en diferentes campos que antes le eran vedados y por ello, por ser vistas como competencia, hay resistencias que finalmente solventarán.

México, sociedad machista, observa cómo las mujeres aportan muchísimo en la economía, la educación, la salud, la cultura, el deporte, las finanzas, en la familia, en las empresas, en las iglesias. Sin su concurso generoso, el país estaría más jodido. Los gobiernos y las empresas poco a poco habrán de rendirse a su creatividad, a su honradez y a sus capacidades.

Y que conste, no soy feminista; apuesto a que tenemos que construir una sociedad donde todos seamos dignos, iguales. Tan merece respeto un hombre como una mujer cualquiera sea su raza, condición económica o condición cultural. La mujer, belleza de la creación, no va detrás ni al lado del hombre, sino está frente a frente con él, con ideas y sueños, con un espíritu colaborativo que no se rinde jamás ante las adversidades.

Hay que facilitarles el camino, pues, no cerrárselo. Según un reporte último del INMUJERES, hay estados que se les resisten con una participación política de apenas un 33 por ciento como  Morelos, Tlaxcala y Puebla. Colima, 36 %. Recuerde amigo lector que, como consecuencia de la reforma en 2014 del artículo 41 constitucional, se introdujo el concepto de equidad en la participación , de un 50 por ciento para hombre y 50 % para mujer, pero solo hay 6 estados donde esta situación se da: Coahuila, Chiapas, Zacatecas, Querétaro, Chihuahua y Campeche. Curioso: dos del norte, dos del sureste y dos del centro del país. Obsérvense las resistencias.

En política, las mujeres nadan entre tiburones. La experiencia nos dice que son víctimas de politiquillos varones sin escrúpulos, son convertidas en ”juanitas” y no en pocos lugares las mandan a perder las elecciones protegiéndose así aspirantes ventajosos que quieren un triunfo seguro en su búsqueda de posiciones.

Pero no solo en política nadan entre tiburones nuestras féminas. En las empresas les regatean salarios iguales a los hombres por las mismas tareas y aún se les despide por embarazarse. En el cine, como se ha filtrado, son presa de hombres poderosos, enfermos sexuales. En el deporte, jovencitas son violentadas por sus propios entrenadores. Puros tiburones. Y ante la falta de seguridad, miles de ellas viven con miedo muy justificado en diversas regiones como el Estado de México y Guerrero donde su vida vale menos que un cacahuate.

Los gobiernos deben asumir políticas preventivas efectivas, no solo en el papel. Deben destinar presupuestos que mejoren el nivel cultural y educativo en barrios, colonias, en el campo y en los lugares más alejados de las ciudades donde impera la ley del más fuerte.

Las mujeres conforman en nuestro país el 51 por ciento de la población, y el 29 por ciento de los hogares son dirigidos por una mujer. En vista de lo anterior, esta población, que es más de la mitad del total, necesita de políticas públicas y legislación concreta para afrontar los retos propios que se les presentan, como en el ámbito de la inclusión laboral. No hay que olvidar tampoco que el 44 por ciento de la población femenina económicamente activa tiene un trabajo o busca trabajo, cifra que pone de manifiesto que hay todavía rezagos en materia de incorporación laboral. Y por último, no se olvide que miles de ellas sufren acoso en sus trabajos.