Análisis Político
Por: Abel González Sánchez
El cambio repentino de aspirantes y candidatos de un partido a otro en nuestro estado y en el país es un síntoma que pareciera de degradación o corrupción política nacional, de la grave crisis y desorden de los partidos, también de la pérdida de honorabilidad de la clase política que los integran o se apoderan de ellos, ya que también marginan hasta los fundadores o a los que realmente trabajan, ¿Pero esto es realmente un problema nacional? o simplemente se trata del desarrollo democrático nacional e internacional, ya que varios países viven lo mismo.
Hasta hace algunos años el cambiarse de un partido a otro era sumamente criticable, se les llamaba chapulines por brincadores, inclusive en algunos estados del país y a nivel federal había candados en las normas electorales y en los estatutos de los partidos para evitar esta acción considerada indebida, pero la política cambia, ahora hasta el propio PRI tuvo que realizar una asamblea nacional para permitir el registro del candidato presidencial reformando su reglamento interior para que pudiera ser el abanderado ya que no está considerado como militante pero que la mercadotecnia le permitirá lograr más votos.
Desde que se aprobó la reelección se inició una etapa nueva en la vida política del país, la reelección para cargos legislativos y municipales está permitida desde la reforma constitucional del 10 de febrero de 2014, a nivel federal, los legisladores que la aprobaron no pudieron ser beneficiarios de ella, tampoco el Congreso elegido en 2015. Gracias a un artículo transitorio, la reelección legislativa a nivel federal se observará, por primera vez en este siglo, en 2021 para diputaciones y en 2024 para senadurías, pero la mayoría de los Congresos Locales reformaron su código electoral para que los alcaldes y diputados locales sean reelectos en este 2018. Pareciera que los legisladores locales votan rápido en las reformas que les beneficia, mal o bien, la verdad es que hay diputados que sí merecen por su buen trabajo que se mantengan representando a la población.
En síntesis podemos resumir que el cambiarse de un partido a otro ya no es un tema criticable ni para el candidato ni para el partido, los partidos y los políticos buenos o malos lo que quieren es mantenerse en el poder, y los ciudadanos continuaremos, la mayoría apáticos, pasivos y sin participar en las tareas fundamentales de la ciudadanía ante los problemas estatales y nacionales, por tal motivo solo acudimos a votar, pero anular el voto o dejar de acudir a las urnas, sería como dejar que el mundo ruede y que otros decidan por nostros. Necesitamos dos o tres días antes de la elección hacer nuestras propias conjeturas sobre las campañas y evaluar cuál de todos podría garantizar un desarrollo sin sobresaltos, un futuro mejor, y para decidir esto faltan muchos meses.