MITOS Y MITOTES

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EL DILEMA DE LOS LEGISLADORES FEDERALES

Por: Florencio Llamas Acosta.

Uno de los reclamos que la población les hace a los políticos es que únicamente los visitan en campaña para pedir el voto y que llegando al cargo se les olvida regresar a los barrios, colonias y comunidades a cumplir compromisos y rendir cuentas. Este sentir pareciera a primera vista tener razón de sobra, principalmente en los legisladores federales que tienen que salir de su estado y permanecer por varios días en la capital del país para desempeñar las actividades propias de la envestidura.

Sin embargo el desconocimiento de los ciudadanos de la función legislativa, de las actividades que son obligatorias de los legisladores y demás responsabilidades lleva a la población a no valorar en su justa dimensión el desempeño del poder legislativo y por consiguiente el tener una imagen negativa de los diputados y senadores, por ello es común escuchar que ganan mucho y hacen poco.

Jamás se observa al poder legislativo como el contrapeso al poder ejecutivo, ni como parte del equilibrio entre poderes, como garantes de la actualización del marco normativo, como responsables de la transparencia y de la rendición de cuentas, mucho menos de representación y agregación de intereses.

Los criterios con los que se mide y evalúa el desempeño por parte de los electores está en función a la cercanía, accesibilidad y contacto que el legislador tenga con sus representados, a la capacidad de gestión o apoyos tangibles que las personas reciben, siendo el más popular entre la población el que mayoritariamente apoya sobre el que menos beneficios llevan a los ciudadanos.

Poco se observa, valora y da seguimiento al número de asistencias a las sesiones, a la participación en comisiones o reuniones de consulta, tampoco se les da importancia a la cantidad propuestas, iniciativas o puntos de acuerdo presentados. Ocasionalmente se da seguimiento al sentido del voto en la presentación de los dictámenes, cuando estos se difunden para mediáticamente desprestigiar a los contrarios.

En este sentido, se les presenta un dilema: privilegio la función legislativa aunque sea percibido alejado de mis representados o descuido mi actividad como diputado o senador y me acerco a los ciudadanos.

La indiferencia y poco interés por atender este dilema evita que pueda cambiar la percepción de los votantes si se establece una adecuada estrategia de comunicación política que informe y difunda lo que hacen los legisladores federales y si establecen los canales y nombran los enlaces que llenen los vacios que su ausencia produce en la población.

Actualmente Colima está representado en la cámara alta por tres senadores, Jorge Luis Preciado por el PAN y que además es coordinador de su fracción, las priístas Itzel Rios de la Mora y Mely Romero Celis. En la cámara de diputados participan 6 colimenses, Miguel Angel Aguayo y Francisco Zepeda del PRI ambos del PRI, electos por el distrito uno y dos respectivamente, además de los diputados federales de representación proporcional Martha Sosa y Patricia Lugo por parte del PAN, Nabor Ochoa por el PVEM y Arnoldo Ochoa del PRI.

Y de todos ellos, poco sabemos lo que están haciendo como legisladores porque no tienen un esquema de comunicación efectiva entre el representante y sus representados, ¿O usted cómo lo piensa?

 

 

 

*Maestro en Ciencia Política y Administración Pública. Catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Colima.

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