Las restas de Locho Morán

0

PARACAÍDAS 

Por: Rogelio Guedea 

Locho Morán, candidato a la gubernatura por Movimiento Ciudadano, inició desafortunadamente su campaña haciendo restas, en lugar de haberse dado el lujo no sólo de sumar, sino incluso de multiplicar, pues pese a que esta vez no consiguió una gestión de gobierno capitalino tan exitosa como la de 2003-2006 por lo menos no lo fue tan desastrosa y cuestionada (dicho por el mismo Locho Morán, curiosamente) como la de su de antecesor Héctor Insúa, hoy convertido en su propio coordinador de campaña. Quizá uno de las razones de estos yerros es que Movimiento Ciudadano dejó de tener contrapesos internos y Locho Morán se convirtió en la única voz de mando de este organismo político, más o menos como lo ha sido en lo federal López Obrador para Morena. De tal manera que siendo una sola persona la que toma las decisiones de todo un partido, convertido ya en una especie de empresa familiar, no es difícil que estos errores propios de las decisiones de uno solo se conviertan en una constante. Una de las primeras restas significativas que Locho Morán cometió para su proyecto político hacia la gubernatura fue la derivada de su rompimiento con el alcalde de Villa de Álvarez Felipe Cruz, quien pudo haber sido un gran factor de crecimiento para el movimiento de haberle dado un poco de margen de maniobra dentro de su avanzada electoral, cosa en la que Morán Sánchez no transigió. Muy recientemente también realizó una maniobra política que terminó en un pacto con el avezado priista Martín Flores, líder del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado, lo que también se le reprochó sobre todo por la falta de congruencia incluso ética que esta alianza enfatizaba. Circuló de nuevo en redes sociales un vídeo en el que Locho Morán, en plena calle y a plena luz del día, criticaba de corrupto al mencionado Martín Flores y en donde a punto están ambos de llegar a los golpes. Pero quizá donde mayor se va de bruces  la congruencia moral que había caracterizado la personalidad política de Locho Morán es cuando convierte en su coordinador de campaña al ahora ex panista Héctor Insúa, a quien él mismo (y está ampliamente documentado en los medios de comunicación) acusó de ser un servidor público corrupto. Pero no sólo esto le pareció poco a Locho Morán para incluirlo en su proyecto político, sino también hizo caso omiso de muchas otras acusaciones que se le hicieron al ex alcalde capitalino Héctor Insúa durante y después de su gestión, como por ejemplo las denuncias que presentó el sindicato acusándolo del desvío de 102 millones de pesos, o la deuda millonaria por más de cincuenta millones de pesos que el propio Locho Morán lo acusó de dejar sin dar una sola explicación al respecto a la ciudadanía. El propio Locho Morán dijo que Héctor Insúa, ahora su coordinador de campaña, tiraba el dinero en fiestas y pachangas, y que hizo obras de mala calidad, siendo además una persona necia que no escuchaba a los ciudadanos. Rafael Briceño, entonces candidato de Morena, también acusó de corrupción a Insúa y enfatizó lo de la deuda millonaria que había dejado y las denuncias penales que había en su contra, además del robo de energía eléctrica que Insúa había perpetrado por más de cuatro años y que había sido ampliamente difundido en redes sociales y en nota nacional. El mismo Sindicato del Ayuntamiento lo acusó también de hacer malversaciones con los dineros de pensiones, pues hacía descuentos que no reportaba, habiendo causado con esto muchos estragos a los trabajadores del gobierno municipal. Asimismo, la propia líder de Movimiento Ciudadano, María Elena Abaroa, regidora entonces, también lo acusó de corrupción y le hizo ver “todos los espacios oscuros que tenía su administración y la forma tan mentirosa de dirigir su gobierno”, lo anterior habiendo quedado grabado en un vídeo que sigue circulando en redes. Los locatarios de los mercados, además, denunciaron en su momento que ninguna promesa hecha por Insúa les había sido cumplida, mostrando su molestia por ello. Y por si lo anterior no fuera poco, ahorita que quedó de regidor se le acusó de cobrar sin trabajar, pues nunca iba a las sesiones de cabildo por estar viviendo en Estados Unidos, situación que se le reprochó al propio Locho Morán, quien desvió la acusación diciendo que no era algo que a él le atañía. Con todo lo anterior, nadie se explica por qué Locho Morán convirtió en su coordinador de campaña a alguien que parece que lo único que hará es desprestigiarlo y hacerlo perder ante la ciudadanía toda la confianza, sobre todo porque fue esa congruencia entre su decir y hacer lo que lo hizo llegar de nuevo a la alcaldía capitalina, congruencia que hoy no parece sino subordinada al más reprochable de los pragmatismos políticos. La pregunta sigue siendo la misma: por qué? Esperemos que, si él mismo no da con la respuesta, sea su flamantísimo y cuestionadísimo coordinador de campaña quien se la responda.