-Imaginario- Instituto Nacional ‘del Ladrón que roba a ladrón’

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Por: Francisco Pérez Medina

¿Cambiar el nombre al emblemático Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (INDEP) de la 4T -por el que esta columna titula-? Nunca sucederá de manera formal, pero, probablemente sí en el imaginario colectivo, al enterarse de lo que pasa dentro y que trascendió esta semana.

Proveniente del dicho popular que establece una especie de justicia divina o de karma para quienes deciden quitarle, a quien ha hurtado, su posesión; en lugar de regresarlo, se lo queda, disfrutando su usufructo cometiendo irónicamente el mismo delito. Quien era el titular de dicho Instituto decidió renunciar al cargo en el que apenas llevaba 3 meses, por haber descubierto una red de corrupción y complicidad en el mismo corazón del slogan emblema de esta administración. ¿Por qué un funcionario recién nombrado, al que le pidieron con palabras y discurso, combatirla, le renuncia al presidente? Aunque éste al aceptarla, expresó fatiga, la carta de motivos, desenmascara cualquier duda y expone, ante los ciudadanos, la mentira.

¿Qué fue lo que encontró en este lapso breve? Mutilación de las joyas incautadas, contratos con favoritismo, red de complicidad, manipulación en las subastas con ganadores con información privilegiada y precios ventajosos, subvaluación de bienes, todos éstos con clasificación de actos de corrupción, que fueron descubiertos y denunciados ante la misma Fiscalía General de la República que, de acuerdo con la misma carta, siguen sin depositar los 2 mil millones que anunció en la mañanera el presidente junto con el Fiscal. Si hizo lo que se le pidió al asumir el encargo ¿por qué decidió renunciar? Indudablemente por dignidad, congruencia, no prestarse a la simulación y, al advertir -algo que no le dijeron- que, en los hechos, era necesario encubrir y evitar que se supiera.  

La forma en la que se aceptó su renuncia, despeja lo que siempre ha pedido a sus colaboradores como principal atributo: sumisión; “hay gente muy buena, honesta, inteligente pero no se les da el trabajo como servidor público” (Las Mañaneras; 22-sep, AMLO), es decir, no le interesa mucho estas cualidades, sino docilidad, obediencia ciega y, sobre todo, guardar silencio y que por nada del mundo trascienda la información ante la opinión pública ni se acepte que son iguales, pero no son los mismos. Ello demuestra que sí robar, sí mentir y sí traicionar es parte de su ADN. 

Salida 

1.- Hace unos meses vimos a un presidente cuidar cada detalle de su visita a su homólogo del vecino país del norte, que le generó una opinión muy positiva cuando todos vaticinábamos lo contrario. En su presentación el día de ayer ante la ONU, todo fue descuido: su camisa desalineada, cantinfleando sobre la rifa del avión, hablando de política interior y, para rematar, destacar un personaje innombrable internacionalmente al ser aliado de Hitler, Benito Mussolini. Lamentable improvisación. 

2.- Mal y de malas la semana. Se inunda la obra faraónica de “Dos bocas” al que se refirió como “encharcamiento”; se reunió con el CEO de Coca- Cola, contradiciendo a su subalterno del mismo apellido que los culpó de ser los principales causantes de las enfermedades en nuestro país; bloquean el acceso al Zócalo a quienes se manifiestan contra su gobierno con argumentos poco creíbles; masacres en diversos estados del país; académicos le expresan su inconformidad y preocupación por actitudes autoritarias; uno de sus aliados políticos, presentan una iniciativa nada popular para controlar los Afores; y, las cifras en aumento de personas fallecidas que día a día superan la “catastrófica” vaticinada por su administración.   

3.- Terrible feminicidio en la comunidad de Suchitlán, que dejan al descubierto las fallas institucionales y de la sociedad para cuidar y resguardar a nuestras mujeres de la violencia. Al menos ya se detuvo al presunto culpable; lamentable por donde se le mire, y, aunque  no le regresará la vida, su familia, amigos y la sociedad espera, en este y todos los casos, se aplique justicia.