No es NACOLEP, no es “cholobetis”

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Por: Jonás Larios Deniz*

El prejuicio tiene muchas formas, todas dolorosas, todas innecesarias e injustas. El prejuicio lleva a la discriminación. De acuerdo con un estudio realizado por Parametría, México es un país con niveles alarmantes de discriminación (www.sdpnoticias.com), el estudio informa que “todos discriminamos a todos”. Por su parte, CONAPRED identifica como grupos vulnerables y en situación de discriminación los siguientes: adultos mayores, afrodescendientes, creyentes religiosos, miembros de etnias, migrantes y refugiados, mujeres, niñas y niños, personas con discapacidad, personas que viven con VIH, personas con orientación sexual diferente a la heterosexual, jóvenes y trabajadoras del hogar. Es alarmante escuchar que nos expresamos de manera peyorativa y además lo defendemos con argumentos que presumen de ser inteligentes, elaborando explicaciones etimológicas y hasta seudo filosóficas. En el último de los casos se alega cariño, privacidad o incluso razones de seguridad. Así pues la lista de ataques verbales es larga: viejos, viejitos, negros, negritos, testigos de Jehová, los hermanos, indios, inditos, chiapanecos, oaxacos, guatemalos, viejas, enanos, mochitos, chuequitos, mongolitos, cieguitos, sidosos, jotos, maricas, marimachas, vestidas, cholos, mariguanos, vagos, chachas, gatas… ¡uf! Todos lastiman a todos, todo el tiempo.

En el ámbito de la educación, se desprecian los sistemas de formación técnica y para el trabajo. Este es el caso de los Cbtis, CONALEP, CECATI, CBTA, EMSAD y algunos otros modelos educativos que buscan combatir el problema de la cobertura en la formación de jóvenes. El prejuicio es la vía para estereotiparlos con motes que denotan desprecio. Al CONALEP por ejemplo, le llaman “NACOLEP” y al Cbtis le dicen “cholobetis”. Debemos parar con las agresiones, no es cierto que “los mexicanos” o que el humor mexicano deba ser “así” (léase agresivo, violento, discriminatorio). La identidad de los mexicanos tendría que entenderse desde la diversidad total, alimentada por los valores cívicos y los símbolos patrióticos que dan sentido al ser niña, niño, adolescente, joven, mujer, hombre, adulto mayor que asume su valor como mexicano y como persona. Cada semana en las escuelas de nuestro país se jura a la bandera “ser siempre fieles a los principios de libertad y de justicia que hacen de nuestra Patria la nación independiente, humana y generosa a la que entregamos nuestra existencia”. El supuesto valor del humor mexicano no coincide con el concepto de nación independiente, humana y generosa a la que juramos lealtad semanalmente. La libertad y la justicia hoy significan el respeto total a los derechos humanos universales. No es NACOLEP, no es “cholobetis”, son opciones de formación profesional técnica con calidad y calidez. Lo digo yo que estudié en el Cbtis 19 de 1987 a 1990. Permítanme, a propósito, agradecer al Cbtis 157 la distinción que hizo a Olga Itzel Larios Barrera (mi sobrina Olguita), quien recibió un reconocimiento de manos del Secretario de Educación, José Guillermo Rangel Lozano, por haber obtenido el mejor promedio de la generación.

 

* Profesor-investigador de la Universidad de Colima