CIENCIA Y FUTURO

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Ocaso del Momento Mexicano e Inicio del Fin de Sexenio

Por: Dr. Juan González García

A finales de 2012, cuando el flamante nuevo gobierno federal, encabezado por Enrique Peña Nieto (2012-2018), estaba a punto de tomar el poder, en algunos medios de comunicación del mundo, sobre todo la revista conservadora inglesa The Economist, que en su edición de noviembre de 2012 y después de una entrevista al aún presidente electo, pronosticaron que, era posible esperar un Momento Mexicano (MOME) o en inglés Mexican Moment  (MEMO). Esta expectativa, se basaba en el hecho de que, el PRI habrá logrado lo que muy pocos analistas políticos hubieran pensado después de como perdió la presidencia en el año 2000 y porque se veía a un futuro mandatario, con el apoyo del Congreso, con mayoría de su partido, para impulsar el cambio que el país requería.

El bienio 2013-2014, fue un periodo que de alguna manera, confirmó que las expectativas internacionales y aún nacionales, podrían cristalizarse. Lamentablemente las 11 reformas estructurales que se aprobaron en el congreso en ese periodo, aún están lejos de brindar los resultados, así sea preliminares, que de ellas se esperaba. Esto, sin dejar de considerar, que los principales impactos de las reformas, si son adecuadas y bien elaboradas estas, se presentan en el largo plazo. Eventos políticos y sociales internos, pero sobre todo de factores económicos externos y de pasividad de política económica interna, se han encargado de prácticamente tocar un réquiem al llamado momento mexicano.

En efecto, los datos del tercer informe de gobierno, indican que las variables macroeconómicas y sociales clave, no muestran avances y aún peor, en algunos existen retrocesos. El producto interno bruto (PIB) promedia en el mejor de los casos, un crecimiento del 2.1 por ciento. Cifra muy debajo del que la expectativa había generado. A tan sólo tres años de terminar el sexenio, muy difícilmente logrará alcanzar el 5% de crecimiento como era la meta hacia finales del sexenio, plasmada en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2108.

Ante un escenario internacional aún muy complicado, en donde, de acuerdo a los principales organismos de carácter económico como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la propia Organización Mundial del Comercio (OMC), se prevén años complicados, en el futuro inmediato (2016-2017) en relación a la recuperación de la actividad económica y del comercio mundial. Si además, sus dos principales socios comerciales como Estados Unidos y China, enfrentan problemas, de bajas tasas de interés y posible deflación, el primero y de disminución del dinamismo económico el segundo, entonces, es de pensar seriamente en generar estrategias alternas, que permitan una mayor diversificación comercial a las empresas mexicanas, para que el doble impacto del binomio gringo-chino, no afecte demasiado.

Los eventos bursátiles y cambiarios internacionales, han jugado adversamente, para México a grado tal de mantener depreciada durante estos tres primeros trimestres del año a la moneda (peso), lo que ha generado un descontrol, ante la devaluación-incremento de costos de producción y de aumentos de financiamientos bancarios. Se esperaría que 2015, termine con un tipo de cambio, no mayor a 17.2 pesos, con lo que el pronóstico de entre 15 y 16 pesos de inicios de año, se desvaneció en la bolsas (de valores) ya que al ser el peso una moneda de media relevancia internacional y al estar presente en los mercados de dinero presentes, así como en el mercado de futuros, la someten, paradójicamente, a las leyes de la oferta y la demanda, también.

En lo social, la pobreza, la terca pobreza, continúa creciendo, como lo reporta el Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL) con más de dos millones de personas. Por lo que se hace nuevamente necesaria una evaluación de la política de combate a la pobreza, pero esta vez, si acompañada de un autodiagnóstico de lo que se está haciendo, para ver en qué es en lo que se está fallando. Igualmente, buscar la manera de que, tanto los hacedores de ambas políticas, coincidan, para ver la manera de un posible binomio: política económica-política social.

Por los temas superficialmente descritos, creemos que el Momento Mexicano terminó y que, es necesario repensar el futuro, para, desde una perspectiva endógena, diseñar el surgimiento de una nueva estrategia nacional de recuperación de la economía nacional, a tan sólo tres años de que concluya el actual periodo de gobierno y no esperar a que, nuevamente, surjan espejismos desde el exterior, para hacer creer a la población, que el tiempo de México está aquí.

En efecto el tiempo para cada país, es su aliado, pero también se convierte en su enemigo, si no se diseñan buenos arreglos institucionales, para hacer que la población nuevamente crea en los planes y metas de mejora en las condiciones de vida y calidad así como cantidad de vida. Parecería que 2018 está muy lejos, sin embargo, es muy probable que nos coja sorprendidos por lo que sucedió en esta segunda mitad del sexenio, lamentándonos de no haber percibido justo el momento en el que se debía empezar a pensar en el cambio posible.

*Director General de Divulgación Científica