CIENCIA Y FUTURO

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La estabilidad de la economía mexicana vía política económica

Por: Juan González García*

El viernes de la semana pasada, el gobierno de México por medio del Banco de México (BM) y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), anunció una serie de medidas de política económica, que sorprendieron a todo mundo, por dos razones: primero, porque no se había dado una declaración conjunta entre ambas instituciones en la vida económica reciente del país, desde fines del siglo XX y de este siglo XXI; y segundo, por ser una acción coordinada propiamente de política económica, para hacer frente a la especulación contra el peso, vía tipo de cambio, donde destaca la suspensión del mecanismo de subasta, el cuál había operado desde septiembre de 2014, cuando el peso empezó a perder valor frente al dólar, luego del inicio de la especulación en torno a la modificación de la tasa de interés por parte de la FED.

En el corto plazo, el efecto sorpresa, ha tenido un impacto positivo, al contener, así sea momentáneamente, la especulación contra el peso. Esto se ha expresado en el avance del peso frente al dólar con una apreciación de entre 20 y hasta 50 centavos que ganó el peso en su cotización frente al dólar, del cierre de la semana pasada, frente a la apertura del día lunes 22 de febrero en $18.47 por dólar americano. Dicha apreciación muestra que, en efecto, la medida tuvo un efecto inmediato y positivo sobre la paridad. Habrá que esperar, para saber si esta semana, el peso mantiene su valor y se confirma su tendencia hacia su apreciación y por ende, da seguridad a los mercados sobre la efectividad de la decisión.

Esperaríamos que estas medidas, fueran no solo necesarias sino suficientes para contener la ola especuladora. De ser así, habría que reconocer a las autoridades económicas, que estarían dando una clara lección a la comunidad económica internacional y en particular a las autoridades de política económica de los países, de que, actuar es un deber de cada nación, y de que, ya no cabe más el discurso de que todo hay que dejarlo al mercado o peor aún, que, la situación económica internacional no permite hacer nada. México, está demostrando que es posible intentar algunas acciones coordinadas que tiendan a dar seguridad a los agentes económicos, en general.

Si, por otra parte, las medidas anunciadas fueran insuficientes, habría que seguir buscando la mejor combinación de medidas de política fiscal y monetaria, que permitan dar certeza, ya no solo a los mercados sino sobre todo a la población, que es la variable objetivo de la política económica. Por ejemplo, si no fueran suficientes las medidas y considerando que hay muchas probabilidades de que así sea, quizá impuestos adicionales a operaciones cambiarias, acuerdos monetarios con Estados Unidos y Canadá, o en su defecto con China, que tiene cada vez más presencia en América Latina y en México, pronto tendrá la apertura de unos de los bancos más grandes de ese país, todo ello, para salvaguardar la competitividad cambiaria de las monedas y por último, quizá plantear la posibilidad de la moneda única de América del Norte, que vaya haciendo posible la creación de una moneda única en esa región, ante la inestabilidad de las monedas no solo mexicana y canadiense, sino del propio dólar, que si bien en este último año,  se ha apreciado en los años posteriores a la crisis de 2009, se depreció.

El tema de la inestabilidad cambiaria y su efectos sobre las finanzas públicas, sobre los ingresos del gobierno y sobre el déficit público, invariablemente seguirán dando de qué hablar y escribir en los próximos días y semanas, y lo que esperamos es que, las autoridades de política económica, sigan actuando de manera coordinada, para no caer en incongruencias de política económica, ya que, muy probablemente las acciones y/o medidas recientemente anunciadas, una vez que sean asimiladas por los mercados y los grandes especuladores, pondrán a prueba la eficacia de las mismas.

Mientras esto sucede, los efectos sobre la economía real derivados del recorte al  presupuesto, impondrán una nueva restricción al crecimiento económico, mayor a la registrada en 2015, luego del anuncio del recorte de 124 mil millones de pesos, equivalente al 0.7% del PIB que a la postre, resultó en una afectación mayor a la tasa de crecimiento económico esperado de inicios de año 2015 del 3.2% proyectado por la SHCP y que rondará finalmente en una tasa de entre 1.8 y 2.2%. Es decir, lamentablemente, se esperaría que la afectación del recorte al crecimiento, fuera del orden del 1.0 % en promedio, con lo que esta nueva medida, afectaría a la economía real, en un porcentaje mayor al del recorte inicial y a final de cuentas, podrían resultar pro cíclicas y agudizar la inestabilidad de la economía mexicana.

*Dirección General de Divulgación Científica de la Universidad de Colima