El 30 de octubre del 2009, el ex gobernador Silverio Cavazos Ceballos inauguró la citada obra y develó las placas de los tres primeros personajes: Balbino Dávalos, Gregorio Torres Quintero y la Griselda Álvarez Ponce de León. Sin embargo, a casi un año de su construcción las columnas están rayadas y no tienen placas.
De acuerdo a la Ley de las Personas Ilustres del Estado, corresponde al Congreso local declarar persona ilustre a sus benefactores y a los que se hayan distinguido por servicios eminentes prestados al estado, conforme a las reglas y disposiciones establecidas en la legislación.
“Las instituciones o ciudadanos que proyecten hacer una propuesta para declarar a un ciudadano o ciudadana Persona Ilustre del Estado, deberá entregar la documentación necesaria al Congreso, misma que deberá turnarse a la Comisión de Educación, Cultura y Deporte, debiéndose acreditar en dicha documentación las acciones o servicios realizados por el colimense ilustre propuesto y sus hechos o acciones en beneficio de nuestra entidad o de la sociedad colimense en general”, señala.
En entrevista, Alfredo Hernández Ramos reconoció que es un trabajo pendiente: “debemos sentarnos a determinar los requisitos que se necesitan para ingresar a la Rotonda. No tiene que ser nada más por ocurrencias, sino por méritos, trabajo y proyectos realizados por el estado de Colima”.
Indicó que el procedimiento debe establecer que “los mejores colimenses” estén en esta Rotonda, “que no sea solamente porque a mí se me hacen importantes, sino por consenso”.
A pregunta expresa indicó que falta la instalación de las placas y la promoción del lugar, “para que el pueblo conozca debe haber promoción, hacer actividades en el lugar para que los niños y jóvenes conozcan está área”.
Propuso que promotores culturales realicen recorridos por el lugar, para que ellos expliquen a los visitantes la importancia del espacio, así como de las personas que están en la Rotonda.
Mencionó que los colimenses deben sentirse orgullosos de la Rotonda, pues tiene el objetivo de que nuevas generaciones conozcan a las mujeres y hombres que han dejado huella en el estado, pero no convertirse en un lugar que decrezca y “sea un lugar al que la gente no acuda por la falta de limpieza y de las placas correspondientes”.
Consideró que las partes deben platicar para acordar quién se hará cargo de la limpieza, y propuso que el Congreso podría participar como mediador en este conflicto.