Considerado uno de más activos del mundo, Arenal despertó renovadas alarmas a fines del mes pasado debido a la potencia de sus coladas de lava y erupciones explosivas.
Investigadores europeos y costarricenses acordaron aquí el seguimiento espacial del cráter a fin de advertir a tiempo cualquier tipo de riesgo.
Uno de los participantes en el proyecto, Gerardo Soto, dijo al diario La Nación que los satélites funcionan las 24 horas y generan frecuentemente imágenes del volcán, lo cual podría mejorar la prevención de eventos naturales.
A través del monitoreo determinarán los sitios donde podría producirse la liberación de lava o de material a altas temperaturas y los probables cambios en la estructura del volcán.
En un futuro también prevén obtener información acerca del dióxido de azufre liberado a la atmósfera, pues su presencia en altas concentraciones avisa la proximidad de nuevas erupciones.
Para Soto, el proyecto constituye, además, “una oportunidad única para calibrar los instrumentos espaciales y validar o mejorar los datos que se tienen”.
Científicos italianos, con el apoyo de expertos franceses, alemanes y nacionales, del Instituto Costarricense de Electricidad y de la Universidad de Costa Rica, integran el equipo a cargo de la vigilancia del Arenal.
Ello forma parte de la reda mundial dedicada al estudio de los volcanes en el orbe (GlobVolcano). Una metodología similar a la aplicada para el examen del Arenal se empleará en otros volcanes activos en el planeta; entre ellos el Piton de la Fournaise, de la isla Reunión, en el océano Índico; Etna y Estrómboli de las islas Eolias, en Italia, y el Colima, en México.