Por: Gustavo L. Solórzano
La categoría de indio, en efecto, es una categoría supraétnica que no denota ningún contenido específico de los grupos que abarca, sino una particular relación entre ellos y otros sectores del sistema global del que los indios forman parte. La categoría de indio denota la condición de colonizado y hace referencia necesaria a la relación colonial” (Guillermo Bonfil, 1995:342)
Las costumbres y tradiciones indígenas han sido pisoteadas, incluyendo a su gente, desde hace cientos de años. Nuestros ancestros sufrieron imposiciones, abuso, castigos y muerte, por el simple hecho de existir con un color y una educación distinta a la de quienes los sometieron.
Hoy la mayoría de estas etnias subsisten en la marginación y ante la más burda e inhumana indiferencia de las autoridades que han sido designadas para brindarles apoyo y atención. Muchas de las comunidades junto con su gente, son usadas para quedar bien en la foto, el reportaje o las estadísticas y nada más.
En el artículo 2º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, “las lenguas de estos pueblos son reconocidas como lenguas nacionales, en la misma categoría que el español; pero en la práctica, su uso oficial está extremadamente limitado, se reduce a: la publicación de algunas leyes; su uso en la educación bilingüe, en los niveles más bajos; la publicación de materiales de divulgación; y ocasionalmente, algunas estaciones radiodifusoras transmiten, parcial o totalmente, en lengua indígena y algunos sitios de Internet.” Seguro me doy a entender con este botón de muestra podemos darnos cuenta de la superficialidad con que se trata el tema indigenista en nuestro país. Tarahumaras, Huicholes, Mazahuas, Otomíes, Purépechas, Mexicas, Nahuas, Yaquis, Tlapanecos, Mixtecos, Mixes, Triquis, Zapotecos y los Mayas, entre otros, son solo algunos de los grupos étnicos que se resisten al mundo moderno y su tecnología, se resisten a desaparecer.
“Pero después de esa guerra de independencia y de libertad los indígenas seguimos ocupando el mismo lugar de esclavos, de pobres, de humillados y olvidados, se ignoraron la sangre de nuestros caídos y la existencia de los que sobrevivieron. Entonces no hubo libertad ni independencia de los indígenas”
“Los que asumieron el poder a nombre de la revolución después del asesinato de nuestro general Emiliano Zapata también se olvidaron de los indígenas”. Esto dijeron quienes vivieron en carne propia la historia, la que no llegó a contarse del todo. En pocas palabras, no hubo cambio ni morralla, solo fueron amos distintos para los mismos oprimidos.
La noche del domingo saludé a una persona que participó en una actividad que congrega desde hace algunos años en Suchitlán, a representantes de agrupaciones relacionadas con las danzas y tradiciones de nuestro México, sorprendido e incómodo, molesto, me dijo, “imagínate, querían meter artistas danzantes en lugar de los danzantes originales de las regiones participantes, yo no sé qué piensa a esa señora”. Yo digo lo mismo, ¿Qué piensan, acaso desaparecer nuestra verdadera historia?.
ABUELITAS:
Mi madre decía que cuando el rio suena es porque agua lleva, cada días son más la personas que no están de acuerdo con el personal de la comisión nacional del agua en Colima. ¿Quién tiene la razón? ¿Qué está pasando con nuestras lluvias? El calor aumenta, los nubarrones negros advierten la bendita presencia de la lluvia, viento fresco, relámpagos y de pronto, nada. Ni una gota, raro, muy raro; ojalá alguien haga algo y pronto, pues al parecer hay pruebas de misteriosos bombardeos en el cielo, estelas de humo que se pierden entre las nubes, nada es para siempre. Es cuánto.