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NADA PARA NADIE

Por: José Luís Santana Ochoa

En la fratricida batalla que los priistas libran en Manzanillo para alzarse con la codiciada candidatura a la alcaldía porteña, cuando faltan unos tres meses para que se dé tal nominación, todavía no hay nada para nadie, por lo que resulta por lo menos risible que el ex regidor, ex diputado local y diputado federal, Francisco Zepeda González, asegure, igual que lo hace su cofrade de la parroquia fernandista, José Ignacio Peralta Sánchez, tratándose de la gubernatura, que el muy deteriorado  presidente Peña ya le dijo que él será quien intente recuperar de manos panistas tan importante bastión. Para no quedarse atrás de su abusadillo alumno, su maestro en  truculencias políticas, Nabor Ochoa López, también anda dispersando la vacilada de que lidera el concurso “Bailando por un sueño”, cuando su cruda realidad es  que hasta el gato Carlos Cruz Mendosa y el empresario modelo Rafael Gutiérrez Villalobos lo aventajan.

En  la disputa de la candidatura tricolor a presidir el municipio que alberga  el puerto más importante del pacífico mexicano, lo único cierto es que de la polarización entre el PRI de Mario Anguiano Moreno con su gallo Fernando Morán Rodríguez,  y el PRI de Ferando Moreno Peña que promueve a Francisco Zepeda González, todo puede suceder, incluidas las previsibles  negociaciones “para que no haya ningún  motivo para que alguien tenga la intención de pensar en jugar por otra fuerza política. Siempre y cuando prestigien al partido y su carrera sea honorable”, condiciones que cumple a cabalidad el oriundo de Placeres del Oro, Guerrero, e hijo de Doña Nico, que si tiene la oportunidad le hará “voló carrito” a su aliado de conveniencia a la hora de la verdad.

Invocar el padrinazgo de un presidente de la república que ya no siente lo duro sino lo tupido, como lo hacen todos los días José Ignacio Peralta Sánchez y Francisco Zepeda González, en vano intento de provocar la cargada de los incautos a su favor, les está generando un gran rechazo ciudadano, pues si los colimenses no quieren que el gobernador del estado meta la mano, “cuantimás” que el presidente de la República haga lo mismo. Tan craso error es fruto de la desesperación de saberse muy rezagados en las preferencias electorales de los porteños, caso de Francisco, y de todos los electores del estado, caso de José Ignacio.

Faltan tres meses para que se conozcan nombre y apellidos del priista que tendrá la nada fácil encomienda de ganarle la partida a la muy bien posicionada diputada local panista Gabriela Benavides Cobos, quien si logra integrar su planilla de buenos candidatos a regidores y que su partido postule candidatos en los cuatro distritos electorales locales de verdad competitivos, no tendrá mayor problema en retener por tres años más para los colores y siglas panistas, la emblemática alcaldía porteña. Si, por el contrario, permite que la carguen de lastre, se quedará como el chinito. Si no, como siempre, al tiempo.

En tanto, tricolores, blanquiazules, amarillos y de otros colores, a seguir grillando pero sin colgarse de los pantalones vaqueros del orgullo de Tinajas, mucho menos de los muy costosos y elegantes del mexiquense que ya no quiere más queso, mucho menos saber de quienes, como Zepeda González y Peralta Sánchez,  invocan su padrinazgo para infructuosamente cuentear a los muy politizados y conocedores colimenses, los porteños incluidos. Que no le digan, que no le cuenten, nadie trae candidatura alguna en la bolsa, mucho menos victoria electoral asegurada, falta que hablen  las urnas que recibirán los votos  de los ciudadanos el domingo 7 de junio de 2015.

 

EL ACABO

Como el perdido presidente Peña no ha negado los dichos esparcidos por  José Ignacio Peralta Sánchez, de que él es su ungido para gobernar Colima el próximo sexenio 2015-2021, hay que tomar por cierta la amenaza y prepararse a responder en consecuencia, tal como se hizo en 1991 y 1997, por ejemplo.