Indispensable pero invisible: el trabajo doméstico en Colima

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Por: Jonás Larios Deniz*

Actualmente, la información circula por muchas vías, el internet lo hace posible. Afortunadamente, las opiniones fluyen de manera vertiginosa y dejan ver intereses de lucha en muchos frentes. Colima es un ejemplo de generación de iniciativas de grupos e individuos que exigen la alternancia en las luchas sociales. Hay un cada vez más amplio registro de expresiones de defensa de causas nobles. Tales acciones humanitarias tienen por objeto a los animales, madres solteras, medio ambiente, comunidad LGBT, profesores, niñas, niños y adolescentes, adultos mayores, estudiantes y una lista, que espero sea cada vez más larga. En mi opinión, un rubro pendiente y que urge a la sociedad es la dignificación del trabajo doméstico. Los trabajadores y trabajadoras domésticas lavan, limpian, friegan trastos, planchan, cocinan y algunas veces cuidan de los niños y de los adultos mayores por un salario que va de los cien a los doscientos pesos diarios, sin ninguna prestación laboral, al menos no formalizada legalmente. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hay 53 millones de  trabajadores domésticos en el mundo, de los cuales 83 por ciento son mujeres. En la mayoría de los casos excluidos de la legislación laboral y bajo condiciones laborales deplorables, explotación laboral y abusos de los derechos humanos (ver http://ilo.org/global/topics/domestic-workers/lang–es/index.htm). Adicionalmente, es importante destacar que cuando se da la emancipación femenina y la mujer sale a trabajar queda un vacío de atención y aseguramiento del hogar y de la familia. Es éste un llamado a las y los candidatos a los puestos de elección popular para que incluyan en su agenda inmediata de lucha contra la violencia, las adicciones, el rezago educativo y el abandono escolar, la violencia hacia las mujeres, entre otros problemas que tienen su origen en la familia. Es posible que no se entienda porqué la urgencia de mi propuesta y tal vez alguien pueda pensar que exagero en proponer la formalización del trabajo doméstico como estrategia de solución para problemáticas aparentemente ajenas. Las palabras clave son tres: familia, hogar y respeto. La formalización del trabajo doméstico exige un salario mínimo asegurado, seguridad social, INFONAVIT, vacaciones, reparto de utilidades, aguinaldo, fondo de ahorro para el retiro y jubilación. No, no es mucho, es lo justo. La OIT propone como parte de su estrategia mundial el establecimiento de políticas y reformas legislativas, particularmente la promoción e implementación del Convenio 189 y la Recomendación 201 sobre trabajadores domésticos  2011. Los países que han ratificado el C189 o Convenio sobre las trabajadoras y trabajadores domésticos de 2011 son catorce: Alemania, Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Filipinas, Guyana, Italia, Mauricio, Nicaragua, Paraguay, Sudáfrica y Uruguay (http://ilo.org/global/topics/domestic-workers/lang–es/index.htm). México no lo ha ratificado; Colima puede innovar legislando en esta dirección. ¿La legislación del trabajo doméstico está en la agenda política 2015? ¿Será redituable en votos? No lo sé. Conviene a todas y a todos que se incorporara de forma inmediata para que sea parte de la agenda política y posteriormente de la agenda legislativa.

 

 

* Profesor-investigador de la Universidad de Colima