TAREA PÚBLICA
Por: Carlos Orozco Galeana
Sorpresivamente dejó el gabinete del gobierno estatal el acreditado doctor Carlos Salazar Silva, tras un año de fungir como secretario de Salud. Digo que así fue porque nada hacía suponer que pudiera separarse de un cargo para el cual tenía y tiene un perfil atractivo por su experiencia en el sector público y en la práctica de la medicina privada donde ha ejercido muchos años. Su tarea es reconocida ampliamente por varios sectores sociales.
En ese corto tiempo, Salazar Silva imprimió un ritmo frenético en esa dependencia y no fueron pocos los avances que logró, interrumpidos solo por la burocracia federal que frena ocasionalmente, por la falta de recursos suficientes en el país, el desarrollo de programas e iniciativas locales. Reacomodó funcionarios en los lugares más apropiados para un rendimiento mejor e hizo regresar a sus plazas a los que no justificaban su estadía en otros lugares.
La pregunta ahora es si habrá más cambios tras una experiencia anual en la que seguro el gobernador tiene evidencias de servidores públicos que no han dado el ancho. No aportaré nombres por ahora, pero es público que a más de uno les quedó grande el compromiso. Esa ausencia de capacidad en algunos ha de resolverla el gobernador Ignacio Peralta.
Lo deseable es que los colimenses tengamos como servidores en el gobierno a personas honestas a carta cabal, y eficaces. Funcionarios que eviten el protagonismo y se dediquen a instrumentar sus quehaceres puramente con el ánimo de servir, porque hay uno en el gabinete que le encanta salir en los medios como si estuviera muy bello físicamente y como si realmente lo que hace impactara positivamente en la sociedad.
Así pues, a un año de distancia del inicio del gobierno estatal, conviene hacer un análisis a fondo sobre la permanencia de funcionarios, examinar sus resultados y marcarle pautas a seguir en el caso de que anden perdidos en las amplias veredas burocráticas. Mucho esperan de ellos los colimenses que, agobiados con la vida tan difícil como se está poniendo por la aplicación de políticas gubernamentales agresivas e injustas, tienen a la gente al borde de tomar las calles más frecuentemente de cómo lo hacen.
Como colimense, lamento la separación del cargo del doctor Carlos Salazar Silva porque le daba lustre al gabinete peraltista ya que imprimió políticas transparentes, nada de chapuzas en las licitaciones, cuyos resultados hacía difundir en los medios de inmediato. Además, demostró ser un hombre laborioso y recto dando testimonio de ello al personal bajo su cargo. Predicó con el ejemplo, pues.
Se dicen muchas cosas sobre los motivos de su renuncia al cargo – sus motivos tendría, claro -, pero me parece que Colima pierde con su participación. En su desempeño fugaz, Salazar Silvia retomó diversas tareas que habían quedado pendientes de su antecesor en el cargo, mas se percibió que faltaron recursos al sector para equipar instalaciones, instituir nuevas plazas y entregar cuentas mejores. Los medios informativos reflejaron el sentir de su compromiso. Además, ante la agresividad – grosería, mejor dicho – de algunos reporteros en momentos de conflicto, no perdió la compostura y respetó a los comunicadores. Otro punto a favor suyo.
En fin, de haber más cambios en el gabinete, ojalá constituyan un acierto. No son tiempos de improvisaciones ni de andar con bromas o caprichos en la elección de colaboradores nuevos. Ha de erradicase el amiguismo que es nocivo pues regularmente los funcionarios favorecidos con los cargos responden más a las líneas del jefe que a los intereses ciudadanos.
En el sector salud hay numerosos retos. Tiene que protegerse a la población de enfermedades distintas de las tradicionales. Para eso se requiere voluntad política, organización, recursos financieros, corresponsabilidad social, etc. Como en ninguna otra dependencia, en la de salud es fundamental la participación ciudadana, con la cual se llega lejos en materia de prevención de enfermedades. Se le extrañará a Carlos Salazar. Seguro.