TAREA POLÍTICA

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A RECOGER VARAS

Por: José Luis Santana Ochoa

Más que una contienda electoral entre los dos principales partidos políticos en el municipio de Tecomán, Revolucionario Institucional y Acción Nacional, por la alcaldía que lleva ya varios trienios entrampada por políticos y líderes sindicales vividores, lo que se libra es una lucha más emprendida por la gente que invierte, trabaja y produce para sostener a una administración municipal costosísima e improductiva que ha sido pesado lastre para que la economía del otrora rico y próspero valle levante.

Lidera el proyecto de salvamento del H. Ayuntamiento de Tecomán para ponerlo de nuevo al servicio de la gente, y no al revés volteado como ha sido el caso en las últimas décadas, el agroproductor y movilizador social, José Guadalupe García Negrete, Lupillo para sus paisanos y simpatizantes que día a día se suman más y más a su causa rescatista. A dos semanas de que inicie la campaña electoral municipal, el posicionamiento en el ánimo de los tecomenses alcanzado ya por el abanderado con los colores y siglas de Acción Nacional , García Negrete, permite pronosticarle la victoria en las urnas sobre el muy venido a menos candidato priista a lo mismo, Arturo García Arias.

Fue mucho lo que logró García Arias desde sus tiempos de líder de locatarios de un mercado municipal donde los mismos le tienen registradas historias nada edificantes en su desempeño como tal, pero con la diputación local cuyos altos sueldos y ricas prestaciones todavía disfruta, alcanzó su nivel de incompetencia, y de cara al domingo 7 de junio de 2015, la alcaldía tecomense que tiene en su borrosa mira está más alejada de su alcance de lo que para él estuvo en 2012 y 2009, por ejemplo.

A pesar de que García Arias operó abiertamente en contra de su compañero de partido, Flavio Castillo Palomino, hasta desbarrancarlo, frustrado porque éste le ganó entonces la candidatura tricolor a presidente municipal de Tecomán, generoso y sin rencores, su partido le dio en 2012 la oportunidad de llegar al Congreso del Estado, pero ahora que a pesar de los pesares logró la tan ansiada por él candidatura tricolor , no sólo enfrenta a un adversario electoralmente mucho más competitivo que él como lo es Guadalupe García Negrete, sino también la pesada tarea de recoger todas y cada una de las varas de los cohetones que en las elecciones de 2009 lanzó para espantarle los electores a Flavio Castillo Palomino.

El desánimo está cundiendo ya entre los cada vez menos seguidores de Arturo García Arias, tanto por el cuadro realista pintado en párrafos anteriores, como porque esta vez no dispone del “cash” para gastos de campaña provenientes de generosas aportaciones ‘desinteresadas’ que en ocasiones anteriores disfrutó, y como diseñado no están para hacer campañas austeras, trabajar más o lo mismo con mucho menos, se está quedando solo. Y es que nadie le apuesta a quien percibe cuesta abajo camino a la derrota electoral.

Al tecomense Arturo García Arias debe servirle de consuelo que él no es el único priista nominado para perder una alcaldía, pues en la misma complicada situación se encuentran sus compañeros candidatos del PRI a las alcaldías de Armería, Ixtlahuacán, Minatitlán y Villa de Álvarez, Esperanza Alcaraz Alcaraz, Crispín Gutiérrez Moreno ,Manuel Palacios Rodríguez y Oswy Delgado , respectivamente.

 

 

 

EL ACABO

 

El diputado local plurinominal y dirigente formal del PVEM en el estado, el real es Nabor Ochoa López, pero también mercenario de la política, Mariano Trillo Quiroz, en lugar de entrarle como hombrecito al tema de las tarjetas de descuento que los delincuentes electorales verde ecologistas continúan distribuyendo entre la población económica y socialmente vulnerable del país, se va por la tangente como Pilatos al declarar que “Yo en lo particular desconozco del tema, porque son tarjetas que vienen desde México, quiero entender que va dirigido a los militantes del partido pero te mentiría si te dijera cuál es su funcionamiento, el esquema, temporalidad de las tarjetas e insisto es un tema del nacional”. ¡No pos’ sí!