Necesario, invertir en investigación sobre epilepsia: Experto

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*“Más de 50 millones de personas en el mundo tienen este trastorno; de ellos, más de tres cuartas partes viven en países de bajos ingresos, lo que supone el 0.5 por ciento del total de la carga mundial de morbilidad”: Enrique Barrios, en entrevista.

CN COLIMANOTICIAS

Colima.- En días pasados, la Universidad de Colima fue sede de la Reunión Regional del Programa Prioritario de Epilepsia, el cual está integrado por representantes de la Secretaría de Salud, el IMSS, ISSSTE, PEMEX y diversos hospitales universitarios del país. Su función es normar, coordinar, sistematizar y optimizar las estrategias y acciones a favor del enfermo que padece epilepsia, así como de su familia y de la sociedad.

En entrevista, Enrique Barrios Navarro, director la Facultad de Medicina, explicó que la UdeC tiene el compromiso de apoyar a la sociedad en la realización de este tipo de eventos, en colaboración con el Gobierno Federal, para atender al paciente con epilepsia y a su familia. Desde su experiencia profesional como neurocirujano, comentó que la epilepsia es una de las enfermedades neurológicas crónicas graves y más comunes, que afecta a personas de todas las edades y se caracteriza por crisis epilépticas de forma recurrente.

Sus causas son múltiples: “En algunos casos tiene su origen genético, pero otras se deben a daño cerebral causado por lesiones prenatales o perinatales, anomalías congénitas o malformaciones cerebrales, así como traumatismos craneoencefálicos, enfermedades cerebrovasculares o bien infecciones como meningitis, encefalitis y neurocisticercosis. En un alto porcentaje, no se puede determinar la causa”, expuso.

Mencionó que “más de 50 millones de personas en el mundo tienen este trastorno de salud; de ellos, más de tres cuartas partes viven en países de bajos ingresos, lo que supone el 0.5 por ciento del total de la carga mundial de morbilidad. En México, informó, existen aproximadamente dos millones de personas con esta enfermedad; por tanto, el riesgo de muerte prematura es dos y tres veces más alto que en la población en general de los países con ingresos altos, y más de seis veces que en los de ingresos bajos.

Comentó que las personas con epilepsia son objeto de estigmas y discriminación debido a las ideas erróneas que rodean a la enfermedad, pues existió la creencia de que se trataba de una posesión de espíritus maléficos, un mal contagioso o una forma de locura: “La estigmatización propicia la exclusión social, como la privación de acudir a centros escolares o, en el caso de los adultos, que no se encuentre trabajos adecuados”, precisó.

Agregó que hasta un 75 por ciento de las personas con este padecimiento pueden llevar un desarrollo normal de su vida si se tratan con los medicamentos apropiados, y que existe una brecha terapéutica del 75 por ciento en los países de ingresos bajos, mucho más alta en las zonas rurales que en las urbanas.

Lo que entorpecen el acceso a una atención adecuada, precisó, “se relaciona con la disponibilidad de los medicamentos, costo y asequibilidad en los hospitales públicos y centros de atención primaria de salud”. Por tanto, continuó, “es necesario formular, reforzar y aplicar políticas y legislaciones para promover y proteger los derechos de las personas con epilepsia, atender la discriminación en materia de educación y empleo, e integrar su manejo en la atención primaria de la salud”. También destacó la necesidad de mejorar las inversiones en investigación.

Por su parte, Juan Carlos Reséndiz, vocal ejecutivo del Programa Prioritario de Epilepsia, mencionó que este programa surgió hace 35 años y que es el único que persiste y desarrolla su trabajo a través de 82 hospitales del sector salud de México. Su objetivo, aclaró, “es homogenizar el manejo del paciente hablando un mismo lenguaje. Entre la comunidad médica se tiene como objetivo, para el año 2020, crear un registro de pacientes con epilepsia en el país”.

Por último, recalcó que es necesario hacer un esfuerzo para conocer lo que pasa con este padecimiento en el país, buscar que el personal médico lo conozca más para diagnosticarlo, y dar una mejor calidad de vida al paciente por medio de una adecuada selección de fármacos.