Manzanillo, el polo opuesto de la misma Morena

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PARACAÍDAS

Por: Rogelio Guedea

 La confrontación existente entre la gobernadora Indira Vizcaíno y la presidenta municipal de Manzanillo Griselda Martínez parece y se hace infranqueable, lo que significará sin duda un choque de trenes para las elecciones de 2024 al interior de Morena en Colima. La última visita de Claudia Sheinbaum, en la que Griselda Martinez y su equipo cercano estuvieron deliberadamente ausentes, y la denuncia reciente en contra de Martha Zepeda, secretaria del Ayuntamiento, por una supuesta falsificación de documento, lo que más bien parece una persecución política, dejan en claro que la guerra es real y la operación cicatriz entre estas dos facciones morenistas es ficticia. Por una simple cuestión de jerarquía, pareciera que la batalla la tiene ganada por mucho la propia gobernadora Indira Vizcaíno, quien además tiene la cercanía de la muy probablemente próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y, por supuesto, el espaldarazo de presidente López Obrador, siendo ella la figura política morenista de mayor rango en nuestra entidad, pero todo esto no debe obviar de ninguna manera la fuerza que tiene la edil manzanillense porque, según lo que puede verse, tiene arreos importantes en el puerto por el buen trabajo que ha venido realizando (al menos eso es lo que se ve a simple vista) y por la fuerza política que esto le acarrea, sobre todo considerando que el puerto es unos de los bastiones más importantes del estado. Recientemente, en una entrevista con John Ackerman para “Diálogos por la Democracia”, la presidenta Griselda Martínez hizo gala de los logros de su gestión y de su privilegiada posición siempre entre los diez mejores munícipes del país, cosa sobre la cual, por desafortunada, la gobernadora Indira Vizcaíno no puede decir lo mismo, pues desde que empezó su gestión se mantiene entre las tres peores administraciones del país. Aunque sabemos que las encuestas son válidas cuando hablan bien de nosotros y no legítimas cuando no hablan bien de nosotros, en el caso de la gobernadora Indira Vizcaíno, aunque ella se ha esforzado por hacer brillar su administración (apostándole a programas como el de las propias ColiBecas), lo cierto es que parece que ella sola es la que rema una embarcación llena, en su mayoría, de servidores públicos ineptos, engreídos y resentidos esparcidos en todos los rubros del quehacer institucional, un trinomio fatal para sacar del naufragio a una embarcación aquejada por la violencia y otras calamidades de similar peligrosidad. Iniciar una guerra (lo hemos visto recientemente entre palestinos y los israelíes) es muy fácil, demasiado fácil, pero en qué momento prevalecerá la inteligencia para realmente estrechar el proyecto con el polo opuesto en que se ha convertido la Morena manzanillense. Como lo dije en una colaboración pasada, resultó que los capitanes del barco lograron acuerdos (ahí está ya Adan Augusto colaborando con Sheinbaum), pero no hemos visto que hayan hecho el mismo equipo ya la munícipe Griselda Martinez y la gobernadora Indira Vizcaíno. ¿De verdad son irreconciliables? ¿De verdad prevalecerá las inquinas personales por encima del proyecto común que significa Morena? Si bien es cierto que a Griselda Martínez le gana la soberbia y el orgullo de creerse la morenista más químicamente pura de nuestra entidad y a la gobernadora quizá le puede mucho la añeja desavenencia con Martha Zepeda (quien alguna vez le dijo de todo), todavía está a tiempo Morena de fortalecer su avanzada de cara a las próximas elecciones y aunque es imposible que toda el agua se meta al mismo surco, está claro que el gran manantial que constituye el proyecto Morenista en Manzanillo no se debería dejar fuera. Esperemos a ver qué harán con este reto los paladines morenistas del cabildeo político, pues los tiempos de definiciones se acercan y urgen soluciones.

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.