LAS CORCHOLATAS DE MORENA (Se destapan las botellas, no las corcholatas, dice Porfirio Muñoz Ledo)

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana.

Al parecer, solo tres o cuando más cuatro aspirantes se han subido al tren de la sucesión morenista: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y últimamente Ricardo Monreal, lista en la que lleva ventaja la primera de ellas gracias a razones particulares a las que me referiré más adelante.

Es un grupo compacto ese, compuesto por personas que han tenido mucho que ver con el presidente Amlo. Claudia es admirada, seguramente, por su trayectoria de izquierda y mujer de lucha, por sus convicciones personales y por la cercanía familiar con él, dado que es madre de un hijo que procreó con José Ramón López Beltrán. Durante todo el tiempo, ha mostrado obediencia casi total, renunciando de vez en cuando a ejercer criterios propios sobre una diversidad de temas. No faltan los que dicen que, por su conducto, Amlo se reeligiría en la presidencia en el 2024.

Claudia es académica y hasta obtuvo un doctorado, pero esta alta distinción  no ha impedido que cometa errores ni evitado cuestionamientos en su contra por la caída de la línea 12 del metro que cobró 26 vidas humanas, ya que se supone que por poseer ella conocimientos técnicos, pudo haberse evitado el colapso con una adecuada política de mantenimiento. Pesa sobre ella, además, la catástrofe del colegio Rébsamen, donde murieron muchos menores de edad. Se le ha cuestionado que su entonces delegación ( de Tlalpan), donde fungía como responsable, validó planos técnicos en forma errónea y no veló por la seguridad de las instalaciones.

Se la ha criticado también por ser caja de resonancia de todo lo que dice el presidente con el fin de congraciarse con él. En un tiempo, difería de sus opiniones pero supo corregir a tiempo para no caer de la gracia de su poderoso suegro.

Amlo sabe que es, de los cuatros aspirantes, la más obediente. Pero, ¿conviene eso al país? ¿Es el perfil que se requiere en la presidencia? ¿Habría garantías de que Amlo no se inmiscuyera en su eventual gobierno y no se constituyera un maximato manejado desde el rancho La Chingada?

Marcelo, el carnal, aparece como el aspirante con un perfil mejor que el de Claudia, más tirado al centro, menos radical, más partidario del diálogo, difícilmente se conflictúa, aprendió mucho de su ex mentor Manuel Camacho Solís. Tiene experiencia de gobierno pero también pesa en su contra el accidente de la Línea 12. Amlo le tiene confianza si y no, porque cree no sería tan obediente como Claudia su nuera.

Goza de la confianza del destapador de botellas, es evidente; ha sido milusos del gobierno guardando la compostura siempre. No pierde la cordura, lo que es una virtud de alta estima en la política. Me parece que de los cuatro es el que representa la posibilidad de tener un mandatario con un pensamiento conciliador, constructivo y humanitario. Tiene clase.

El secretario de gobernación Adán Augusto López era prácticamente un desconocido hasta antes de ocupar ese cargo. Forma parte de un grupo político de Tabasco donde el mero jefe es Amlo. Obediente como el que más, pelea con Claudia por ver quién es más dúctil. Amlo sabe que este tipo jamás se le saldrá del huacal y confía en él. Pero pregunto de nueva cuenta: ¿ Es el perfil que el país requiere ? Para mí que el presidente lo sacó de Tabasco para engrosar y hacer creíble la lista de sucesores, no podía dejar solita a Claudia ante el golpeteo interno en Morena y las críticas. Pudo haber habilitado como tal a Monreal, darle el rango que merece por su trayectoria, sus capacidades y por el caminar juntos por 25 años,   pero como dice el adagio: dos agujas no pueden picarse.

Así, Ricardo aparece como el aspirante menos deseado para Amlo. Es como el Felipe Calderón ante Vicente Fox. Las últimas semanas en que apretó el paso, hizo sonar las alarmas de palacio y hubo una rectificación a tiempo, invitándolo luego a algunos actos, aunque él se niega a llamarse corcholata, término que es denigrante como dice Porfirio Muñoz Ledo.

Doctor en derecho, Ricardo tiene en contra que en su tierra es un verdadero cacique, teniendo a un hermano como gobernador y a otro como alcalde. Y muchas propiedades, es un hombre rico con familia rica. Chulada. Así acaban los gobernadores: ricachones, luego de haber llegado al cargo en condiciones a veces deprimente ( en lo económico).

Porta la bandera de la reivindicación democrática en Morena y eso le reditúa prensa y presencia dentro de su partido, pero en las alturas del poder se menosprecia su discurso. Es uno contra tres en la lucha.

Ricardo tiene la llave del cambio de rumbo del país si se decide. ¿Quién podría hacer algo contra la dupla de él y Marcelo? Sería uno de los dos la corcholata ganadora. Pero, qué tanto arriesgarían ambos. ¿Pensarán como el jurista Sergio García Ramírez cuando era uno de los seis de la pasarela presidencial y se declaraba obediente de “una voluntad superior contra la que nada se podía hacer ? Monreal, por lo demás, tiene agallas y lo demostró cuando rompió con el Pri antes de que este partido resolviera la sucesión que lo dejó fuera y que él peleó hasta ganar la gubernatura de Zacatecas.

En fin, ojalá y todo lo que ocurra de aquí para adelante, en lo político, sea por el bien del país. Las cosas están difíciles y se requieren voluntades comprometidas con el bien, no políticos ambiciosos de poder que solo piensan en sí mismos y en sus grupos de incondicionales. Y en engrandecer sus patrimonios personales…