La obsesión presidencial por el regreso a clases

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Por: Francisco Pérez Medina.

Ya hace un año y medio que se encuentran suspendidas las clases de manera presencial, obligados, tanto los gobiernos como los ciudadanos, ante un escenario impredecible: un virus mortal que ha cobrado la vida de 223,568 mexicanos (datos oficiales). Desde marzo del año 2020, se estableció, atinadamente, un modelo educativo que obligó a que, tanto alumnos, docentes y personal administrativo de todos los niveles educativos, migraran hacia un modelo virtual que evitara el contagio masivo con la finalidad de no exponer a nadie ante un posible contagio.

En un principio, se comentó que solamente sería por un periodo no mayor a un mes, en el que se pedía a la ciudadanía comprender y sumarse a una propuesta gubernamental de no acudir a las escuelas para cuidar de todos. Posteriormente, se extendió hasta cerrar el ciclo escolar a distancia en la modalidad denominada “Aprende en casa”. No hay, hasta el momento, quien pueda estar en desacuerdo con tal medida.

Obligados por la circunstancia al no reducirse el índice de contagios ni de fallecidos, se inició el ciclo escolar 2020-2021, dando continuidad, con mejoras sustanciales, al programa “Aprende en casa” denominado en su segunda fase. Con experiencia previa y con la expectativa de que así sucedería, todos se sumaron concientizados de que no había otra opción que permitiera continuar con la educación de miles de mexicanos de manera no presencial.

Luego, ante el escenario poco sombrío, se estableció que, el modelo a distancia, Aprende en casa, seguiría en su tercera fase. Es decir, hasta concluir el ciclo escolar 2020- 2021. La ciudadanía estuvo y sigue consiente de que es la única manera de salvar vidas y no exponer a los estudiantes y maestros en su integridad.

Sin embargo, a pesar de ser una medida acertada el cuidar de la integridad del alumnado y del magisterio, parece que el presidente tiene una equivocada lectura sobre la situación que impera en el ánimo de la población, de ese pueblo que él dice representar. Claro que hay un deseo de retornar a nuestras labores educativas, por supuesto los alumnos anhelan regresar a la escuela y retomar sus estudios y socializar con sus pares, sin duda alguna, los padres de familia también les gustaría que sus hijos retomen de manera presencial sus estudios. Ello no significa que se realice de manera precipitada o sin las medidas de seguridad obligadas para evitar un brote que cobre la vida de ningún estudiante o docente.

Desde hace meses, ha exigido, desde el púlpito presidencial, se regrese a clases con una medida que más parece electoral que de un verdadero jefe de estado. Primero, vacunaron a maestros del estado de Campeche antes que muchos médicos que se encontraban en el frente de la batalla, para, según él, tener las condiciones de regresar a clases; fue una medida que tuvo que echarse atrás, al igual con el Estado de Nayarit quien, tuvieron que retractarse ante los casos positivos en las escuelas. ¿Qué dijo el presidente, sobre esto?: “no se debe exagerar… hay que aislar si se encuentra un contagio o un brote, pero no hay que cerrar por completo” [AMLO Las Mañaneras 24-05-21].

La medida parece desesperada ante un proceso electoral que se celebra el próximo domingo. La Jefa de gobierno, sin voz propia, dijo que para el día 7 de junio se regresaría a clases donde gobierna, sin estar aún en semáforo en verde y sin contar con el aval del sindicato de maestros ni de los padres de familias. Sin ser adivinos, la propuesta discursiva nos lleva a la conclusión de que, la obsesión presidencial por el regreso a clases, es por la elección y no por cuidar realmente la salud de los mexicanos. Ya verá usted, como el día lunes, pasando la elección, darán a conocer que, el anhelado regreso a clases, será hasta iniciar el siguiente ciclo escolar. “No mentir, no robar y no traicionar” señor presidente, eso dijo usted en campaña. No quiera pasarse de listo.

Salida

1.- Ofrecer una sincera disculpa a mis estimados y queridos lectores, pues, por una cuestión de salud, no me fue posible enviar mi columna en las últimas dos semanas. Gracias por sus muestras de cariño y de solidaridad; primeramente Dios, estamos de regreso.

2.- Concluyen, hoy, por fin las campañas electorales. Viene el tiempo de reflexión y análisis para decidir bien su voto. Utilícelo con quien mejores propuestas tenga y con quién usted considere resolverá los imperantes retos en su estado y su municipio; procure no hacerlo por la beligerancia, por quien solo sabe echar culpas o por quien tenga señalamientos de corrupción en su paso por los cargos que ha tenido.

3.- Hace casi un mes de la tragedia en el metro: no hay renuncia alguna, culpables, ni quien se responsabilice por la muerte de 26 personas y, tampoco, hay quien haga el pase de lista en la cámara de diputados. Que iguales resultaron los diferentes.