La maldición del 2020

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Por: Francisco Pérez Medina

Lo expresa muy bien Vladimir Lenin “hay décadas en que nada ocurre; y hay semanas donde ocurren décadas”. Pues eso nos ha sucedido este año. Al inicio de éste, muchos utilizaron la expresión en sus redes sociales “sorpréndeme 2020” y no les falló: nos sorprendió.

Nadie, ni siquiera aquellos que se dedican a la clarividencia, anticipó que nos enfrentaríamos a un año con demasiados acontecimientos que marcarán para siempre la historia de la humanidad. Lo que desencadenó todo fue una enfermedad contagiosa que provenía de una pequeña ciudad de China, Wuhan; luego, todos debimos modificar nuestros hábitos y la forma de concebir la vida cotidiana, para, prácticamente, sobrevivir.

Hay quienes siguen sin creer que es real, manifiestan que es un invento de los gobiernos, de los poderosos y multimillonarios quienes aspiran a aumentar sus fortunas. Sin embargo, aún sin creer en que sea cierto, han tomado sus precauciones para evitar ser parte de las estadísticas -y hacen bien-. Es comprensible no creer, pero lo es más no contagiarse.

Ni siquiera ha transcurrido la mitad del año, y ya muchos aspiramos a que concluya, pues tememos –“si la burra no era arisca, la hicieron”- que puedan empeorar los escenarios. Intentemos hacer un resumen, hasta esta primera mitad del año: enero, todos consideramos -hasta memes se hicieron- que era un mes con demasiados días, parecía que no terminaba y anhelábamos la llegada del siguiente; febrero, lamentables feminicidios que indignaron hasta el más de los insensibles; en marzo comenzó la propagación de contagios en nuestro país y se decretó aislamiento total de la sociedad, lo que implicó la pérdida de empleos, cierre de empresas, clases no presenciales y el inicio de un estrés, hasta ese momento, desconocido para la mayoría de la población; abril, los precios del barril de petróleo se desplomaron hasta valer un dólar, lo que anticipaba un escenario nada alentador en el ámbito económico, pues, nuestro país sustenta sus ingresos en este sector, y, al ser la principal apuesta de este gobierno, la expectativa se cayó frente nuestras narices; en mayo, se informó por parte de las autoridades que la curva  “estaba aplanada”, y la expectativa es que se estaba por concluir la fase de “susana distancia”; pero, ya en junio -estamos hablando solamente de 26 semanas transcurridas- no llegó la esperada fecha de regreso a la “nueva normalidad”, pues el pico de contagios está justo en su momento critico.

Aún sin llegar a su conclusión, el mes de junio, será recordado como uno de los más complejos para los ciudadanos y para las autoridades. Los alumnos concluyeron de manera virtual su ciclo escolar, los contagios se propagan sin aparente control, los ciudadanos hartos del encierro, los comerciantes desesperados por abrir sus negocios, la clase gobernante urgidos por el proceso electoral. Para no perder el ritmo infortunado de este año, en esta semana, un temblor de 7.5 grados Richter que cimbró la capital del país y el estado de Oaxaca, poniendo los nervios de punta hasta el más valiente; la llegada de una onda de partículas provenientes desde el desierto de Sahara y, por si fuera poco, en Argentina comienza la llegada de una plaga de langostas que puede extenderse hacia todo el continente. Aquí, con su permiso estimado lector, permítame compartir una frase muy difundida en redes sociales que aplica por su pertinencia “2020, ¡Wey, ya!”.

Salida

1.- Felicitar al equipo que integra el Ayuntamiento de Colima por el reconocimiento recibido por “ser 100% transparente”. Soy testigo de ello, de tres solicitudes a la unidad de transparencia, tres entregas dentro de los plazos establecidos por la Ley: una, que corresponde a la Secretaria, otra a la Oficial Mayor y, por último, una más del Sindicato.      

2.- Lamentable que la responsable de combatir la corrupción, sea señalada con datos de una inexplicable fortuna que, en lugar de aclarar, se ensaña, con una sincronía de diversos funcionarios de primer nivel no vista para atender temas urgentes, contra el mensajero.

3.- La popularidad del presidente vive su semana más baja en la percepción de los ciudadanos sobre la forma en que gobierna; dudo se revierta con la visita programada con el presidente de nuestro vecino del norte en los primeros días de julio.