LA GLORIA DE RAMONA

0

Por José Díaz Madrigal

En la historia del pueblo de la  Biblia,  en diferentes épocas y distintos lugares, se suscitaron hechos heroicos en que la protagonista fue una mujer; que gracias a una intervención acertada, libró a la comunidad, a su pueblo de algún personaje malvado que eran amenazas constantes por lo dañeros y perjudiciales que habían sido para su gente.Jael o Yael fue una de ellas. En el Israel premonarquico, en tiempo de los Jueces, el pueblo judío era hostigado por un rey cananeo, Yabin. En esa época Débora era juez y resolvía los problemas de los israelitas que acudían a ella por ser la autoridad. En cierta ocasión Débora mandó llamar a Barac y le dijo: Esto es una orden del Señor, ve al monte Tabor a reuní 10 mil hombres; porque quiero traerte a Sísara, jefe del ejército de Yabin y  te lo entregaré.Barac miedosamente replicó: Sí vienes conmigo, voy; sí no vienes conmigo, no voy. Débora contestó: Bien iré contigo, pero la gloria de esta campaña no será para ti, porque el Señor pondrá a Sísara en manos de una mujer.Bajó Barac del Tabor y el Señor desbarató a Sísara,  éste tuvo que salir corriendo a esconderse a la tienda de Yael; pasa señor, pasa, no temas. Sísara entró a la tienda y lo tapó con una manta. Por favor dame un poco de agua, dijo Sísara. La mujer destapó un odre de leche y le dió de beber. Sísara que  estaba muy cansado se durmió. Entonces Yael agarró un martillo y una estaca, se acercó a él despacito y le clavó en la sien la estaca, tan fuerte que se fijó en la tierra. La gloria fue para Yael.Siglos más tarde, el Señor se sirve de otra mujer, Judit, para salvar a su pueblo del poderoso rey Nabucodonosor que por manos de su general más cruel, Holofernes, tenía sitiada la ciudad de Betulia. Estuvo asediada por muchas semanas, cortando el suministro de agua. Sus habitantes desesperados y acobardados, estaban por entregar la ciudad al despiadado Holofernes.En Betulia vivía Judit. Ante la desesperanza de sus paisanos, pidió permiso de salir de la ciudad para entrevistarse con el general enemigo. Le dieron su consentimiento pero sin que ella revelara su plan.Judit era una mujer de exuberante hermosura, se arregló poniéndose sus mejores ropas, se maquilló y se aromatizó con los más sensuales y exquisitos perfumes. Presentándose ante Holofernes, que al verla se le calló la quijada por la bella -belleza que salva- Judit. Holofernes deslumbrado por la dama, ofreció un banquete para agasajar aquel encanto de mujer. El general fanfarrón, presumiendo mucho aguante  para el trago, bebió tal cantidad de vino que a punto de borrachera quiso seducir a Judit, ordenando que lo dejaran solo con ella. Sin embargo estaba tan cuete, que se quedó profundamente dormido; momento que aprovechó Judit para cortarle la cabeza con la espada del propio Holofernes.La tropa al verse sin su jefe,  se sintieron descorazonados que optaron por huir en desbandada, dejando en paz a los israelitas. La gloria fue para Judit.Modestamente lo mismo que en la antigüedad, en nuestro pequeño terruño también hace aire. Tenemos la historia de otra mujer valiente, Ramona. El próximo 31 de Agosto, día de San Ramón, se cumplen 105 años que la joven y bella Ramona libró a Colima de uno de los más desalmados bandidos que asolaban la zona norte y poniente del estado.Vicente, El Indio Alonso, de pura cepa indígena; originario de la comunidad de Zacualpan municipio de Comala, fue un ladrón y asesino, temido por feroz y sanguinario. No había por los rumbos donde trajinaba, hombre con algo de dinero o mujer bonita que estuvieran a salvo de perder sus centavos o la honra. Entraba a punta de plomazos a rancherías y poblados, secuestrando personas pidiendo altos rescates o también para robarse hermosas damitas para disfrutar de sus encantos deliciosos.Una de esas damas fue Ramona, el indio tiznado se la robó una noche de Julio de 1917. La traía entre ceja y ceja por ser una mujer muy bonita, por cierto le dió una propina a un pariente de Ramona que lo llevó hacia ella. Ramona era la sustituta de una profesora, también robada, pero que dos días antes el indio la había matado. Así que Ramona era la chica de turno, después de haber hurtado con anterioridad a muchas mujeres.A Ramona le tocó andar parte de julio y agosto con esa partida de forajidos, moviéndose de un campamento a otro, hasta llegar a finales de Agosto a una cueva en la Piedra de Juluapan, donde planeaban descansar unos días, puesto que el indio estaba herido  de un pie. Mientras se recuperaba, Alonso no dejó de mandar a sus compinches a seguir con sus fechorías. Entre tanto, en la cueva se quedó El Indio, Ramona y un asistente.Una tarde después de comer, Vicente se quedó dormido, el asistente estaba afuera. Ramona sin perder la ocasión, con una carabina 30-30 en la mano se atrevió a disparar al indio en la cabeza. Se le arrimó lentamente murmurando entre dientes: Como dice mi tío Isaac, La Tuza, chingue su madre el miedo y le quemó un balazón bien recio, se lo pegó a media maceta. Luego entre el asistente y  ella, le cortaron la cabeza. La misma que fue exhibida en el Portal Medellín de esta ciudad de Colima. Ese 31 de Agosto, día de San Ramón, Santo de Ramona; la gloria fue para Ramona.