Por: Ángel Durán.
Cualquier país democrático tiene derecho a contar con un sistema judicial eficiente, que evite el nacimiento de problemas, pero una vez que los tiene, cuente con las mejores instituciones judiciales para resolverlas; para ser uno de estos estados, necesitamos tener el alto valor de tener una cultura judicial eficiente y permanente.
La cultura, es una serie de acciones que la persona como individuo y como integrante de una colectividad, actúan a conciencia, informada y opinando libremente sobre la forma de nuestro devenir diario y así con esa transparencia se consiguen los resultados que desea la propia sociedad.
Así es que, una sociedad consciente de sus derechos, sus libertades y sus límites, le abona de mejor manera a su desarrollo, a través de una cultura judicial ordenada.
México necesita crear una cultura sistemáticamente eficiente de manera individual, familiar y social, que tenga como fin corregir a todo el sistema de justicia nacional. Este sistema necesitamos construirlo todos y todas, con el ánimo de erradicar en forma definitiva la mala calidad de justicia que tenemos.
La cultura judicial es una herramienta fundamental, que debe de ir acompañada de una gran reflexión colectiva, en el entendido de que todos queremos que se respete la ley, por eso es que; legisladores y autoridades judiciales, apliquen la ley exclusivamente para hacer justicia, que todos actúen con honestidad y con el compromiso de querer conseguir un resultado socialmente confiable y que toda la comunidad jurídica y la sociedad apoye para evitar acciones que la deformen.
Hoy día, nos damos cuenta que, de manera reiterada, el sistema judicial es débil, la aplicación de la ley es discrecional y la constitución vapuleada, a nadie conviene seguir trabajando de esta forma en cuanto al sistema de justicia se refiere, todos necesitamos cooperar a través de acciones para lograr una cultura judicial efectiva con el ánimo de transitar hacia un país más justo, más equitativo y con mayores resultados, en un sentido progresista.
Por eso y por el anhelo que tenemos de contar con un país respetuoso de la ley, es que, como sociedad, tenemos el deber de ayudar al sistema judicial, pero para lograrlo, tenemos que trabajar a conciencia, todos juntos en pro de un beneficio colectivo. La cultura judicial, es un tema ineludible que a través de políticas públicas y administrativas se necesitan echar andar.
El comportamiento de litigantes, sociedad e integrantes de los sistemas judiciales, están obligados a tener un actuar íntegro al interior de estas instituciones, un trabajo confiable, apegados a la ley, a sus valores y principios, las universidades modernizarse e impartir entre su currícula una cultura judicial apegada a la honestidad, al profesionalismo, a la progresividad y el respeto a los derechos humanos.
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