ETERNO ENAMORADO

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Rincón de la Conciencia

Por: Antonio Valdés

Habiendo asistido en la iglesia, a menudo escuché a Dios ser descrito como Padre, Amigo, Hacedor de Caminos y Consejero Maravilloso, por nombrar algunos. Estos nombres eran fáciles de aceptar como verdaderos, pero “romántico” era un poco difícil de acoger. Yo había reservado la palabra “romance” para las damas jóvenes hermosas con voz angelical y vestidos blancos que sabían de alguna manera el arte de amar incondicionalmente esperando a un hombre gallardo fuerte y formal. Los románticos eran príncipes azules vestidos de esmoquin, con rosas en una mano y chocolates en la otra. Así que cuando imaginaba a un hombre romántico, no imaginaba a Dios.

Pero en el transcurso de la vida en un fin de semana mi perspectiva cambió, Dios comenzó a ampliar mi comprensión del romance. Esta palabra no se limita a las novelas y las noches de luna hermosa y clima grato al lado de una bella dama. Esta palabra involucra el amor inmenso de Dios y Su búsqueda incesante de la humanidad. Esto lo fui descubriendo a lo largo de mi lectura de las Escrituras.

 Dios buscó a Adán y Eva después de que pecaran en el jardín del Edén cuando se escondían por haber desobedecido.

 Dios buscó a Agar cuando huía de sus problemas con Abraham y Sarai.  Dios buscó a Elías cuando huía de Acab y Jezabel porque lo querían matar.

 Dios buscó a Pablo en el camino de Damasco, aún cuando él perseguía a los cristianos para matarlos.

 Y Dios nos busca.

Motivado por un amor inexplicable, Dios busca a la humanidad. Sin importar nuestro estado en la vida: casados, solteros, saliendo con alguien, viviendo para Dios o huyendo de Él, Dios busca ganar el afecto de nuestros corazones persiguiéndonos implacable y fielmente. Vemos una clara descripción de esta búsqueda cuando leemos, “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.

Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de Él. El amor al que se refiere es el amor ágape, que es sacrificial y se considera la forma más elevada de amor que existe. Este amor fue costoso para Dios, pero Él nos buscó a través del acto radical de sacrificar a Su Hijo. El amor de Dios es inigualable y mucho más grande que cualquier caja de chocolates o ramo de flores.

Pero la búsqueda de Dios no terminó con la muerte sacrificial y la resurrección de Cristo. Durante todos nuestros días, Él continuará buscándonos con Su amor inexplicable pues eres el objeto del afecto de Dios. Te ha buscado incesantemente y seguirá buscándote.

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.