En Tecomán, a mujer de la tercera edad le impiden trabajar en la presidencia municipal

0

Luis Rosales Chávez|CN COLIMANOTICIAS

Tecomán, Col.- Gran parte de su vida se ha dedicado a vender palomitas en la vía pública como parte del sustento para su familia, en el año 2014 Elvira Naranjo Alcaraz fue reconocida como mujer tecomense precisamente por su historia de vida y esfuerzo personal para sacar adelante a su familia; sin embargo este lunes se le impidió el acceso al Interior de la presidencia municipal bajo el argumento de que el semáforo epidemiológico es naranja.

Como lo hace tres días a la semana, Doña Elvirita como todos las conocen en la presidencia municipal acudió a la presidencia a vender sus productos; sin embargo personal del ayuntamiento que está al frente del filtro sanitario le impidió el acceso.

Elvirita tiene 65 años de edad y lleva 16 años vendiendo botanas al personal del ayuntamiento de Tecomán, una mujer ampliamente conocida por su historia de vida en el apoyo social pero también por el esfuerzo personal para sostener a su familia, ya que ella sostiene a su esposo, a un nieto y a un hijo que está enfermo.

Vecina de la colonia Miguel Hidalgo, Naranjo Alcaraz dice que junto con su esposo prepara lo que lleva a vender, carga su bolsa jumbo cristalina, un morral con salsas, sal y limón, su bolsa con cositas que le regalan para que venda y se ayude, algún labial, un rubor o un perfume, de ahí obtiene uno de los ingresos más fuertes que lleva a su casa.

Con lágrimas en los ojos Elvirita lamenta que no pueda llevar dinero a su hogar. “Ya no me dejaron entrar, es el ingreso de mi familia, es la parte donde me va más mejor, ya van dos veces con esta, pero la otra hablé con el presidente Elías Lozano y autorizó que me dejaran entrar pero hoy otra vuelta me prohibieron la entrada que por orden del presidente… A mí me lastima mucho esto porque es el ingreso de mi casa, es para comer”.

Sobre esta acción ningún funcionario del ayuntamiento salió a dar una explicación. La mujer colocó su bolsa en el piso y esperó de pie algún atisbo de compasión o a algún cliente que quisiera salir a comprarle una botana.