Por: Ruben Martínez
Los y las que impusieron los acuerdos y reglas de la coalición entre el PRInstitucional, PVEMexico y PNAlianza en las pasadas elecciones, se las ingeniaron desde antes, para conducir sus votos a la división y la derrota en el Congreso Local. Y así, construirle una mayoría ficticia a un debilitado y dividido PAN local. Supongo que como parte de del Pacto por México o como siempre digo, el Pacto por Vender a México. En juego de negociaciones cruzadas.
En sus momentos, lo señalamos en público y en privado. Que se preparaba, desde las cúpulas dirigentes centrales, una bien planeada traición a las tradicionales bases liberales, con un giro en favor de las fuerzas de las derechas. La estrategia fue fácil de descubrir, al conocer el pre – proyecto de coalición y las precandidaturas “fuertes” en los distritos que se registrarían.
La coalición “uniría” fuerzas de votos, ya que las estadísticas demostraban la tendencia a la baja del PRI. Si la coalición les daba triunfos, desde el poder central, el rumbo de las decisiones tomadas irían en sentido contrario al triunfo. Buscaron los mecanismo pa´ perder y perdieron planificada mente lo que querían perder y debilitar.
Las pruebas, fueron surgiendo y las comprobaciones llegaron más rápido. Por increíble que parezca, el proyecto de la coalición parcial pactada, cedía la capital municipal y sus 3 distritos electorales. No los incluía en el pacto para unir votos y ganar. A sabiendas que el PRI estaba derrotado en Manzanillo y muy debilitado en Tecomán.
Distritos donde antes se había triunfado, los ponían en riesgo. Se planeó perder lo que se tenía ganado y casi no recuperar lo que antes se había perdido. Con esos excelentes estrategas, para que quieres enemigos. Cuídate de ellos. Ceden lo más por lo menos.
En fuegos cruzados y con los datos de los resultados en la mano. Las sospechas políticas, se convierten en certezas. Y los datos son claros.
No se registró Coalición en la capital y en 3 de sus distritos, para perder la mayoría. Los Distritos uno de Hilda Ceballos, el dos de Guillermo Rangel y el tres de Alma Delia Arriola, mandados al innecesario sacrifico, pero conscientes de su trabajo y sacrificio político, pierden registrados por separado sin coalición y ganan sumando los votos de la coalición, que no los quiso registrar.
En Coalición Hilda Ceballos gana el distrito I UNO con 7 191 votos contra 6 468 del PAN. Memo Rangel gana el II DOS con 10 201 votos contra 9 878 del PAN, sin contabilizar los 1 149 votos nulos y que seguro eran para el PRI que no registró. Alma Delia gana el III TRES ya que en coalición obtendría 9 812 votos contra 6 797 del PAN.
En la presidencia municipal de Colima Oscar Valdovinos gana en Coalición por 36 156 votos contra 22 851 del PAN-Insúa. Este es el panorama que se oculta y que los simples mortales, no pueden ver en conjunto del panorama ficticiamente creado, por las decisiones de las cúpulas dirigentes.
En los otros distritos fue evidente que se implementó, la estrategia de los “malos candidatos” y su impacto súper negativo por haber seleccionado y registrado los candidatos y candidatas que repudia el pueblo electoralmente, por ser los mismos, o que nunca han hecho nada, o han hecho mucho, pero por perjudicar a la gente.
Ahí está Tecomán y Manzanillo con los reciclados de siempre y no creo que les quede duda. Los que palomearon e impusieron esas candidaturas, lo hicieron para perder nombre por nombre y no para ganar. Ya que, los primeros que los repudiaron, fue la nueva generación de sus propias bases, que no daban crédito, que esas mujeres y hombres reciclados y decrépitos fueran a llevarlos al triunfo. “Sí hay más”, y “sí hay otros y otras”, se les escuchaba decir. Pero, los dinosauricos intereses puestos en la mesa, fueron inamovibles. Ni coalición total, ni nuevas candidaturas frescas, nuevas y renovadoras que le hagan bien a la gente. Los nuevos “cuadros” los lanzaron en algunos distritos perdidos y los ganaron. Los jóvenes dirigentes, se quedaron impotentes, ante estas decisiones arbitrarias y estúpidas políticamente hablando.
Al PAN le regalaron su mayoría en el Congreso en Colima. No sé si eso se pactó en México o fue acuerdo meramente local. Pero, los del poder estatal y federal, le arreglaron a modo las cosas, para que fueran el PAN, la “nueva mayoría” en el Congreso. Aun, violando el mandato constitucional, que no debe tener una sobre representación por las dos vías de mayoría y pluris, con tope hasta el 48%. Pero, porque les vale madre y padre a la vez, ellos tiene el 52%, tal como lo dijo su “ jefe de jefes” de los MOCHES, quien hoy es presidente nacional del PAN.
10 diputados de mayoría acomodados y las tres pluris regaladas por el “TRIFE”. Para que sumen 13 y mientras más maman, más les crece. Y así, se construyen, mayoría artificiales desde los poderes, usando los mismos limpios votos ciudadanos y de ciudadanas. Pero, con diferente acomodo de candidaturas en las coaliciones parciales. Sin que la hagan de pedo por eso. Así es la legalidad, dicen.
Que el PAN pactó con el PRI y Mario Anguiano, sí. Con, el Tamacuas y Martin, pues, sí. Ahí, están los resultados de sus propias votaciones y sobre todo de sus acciones. Los panistas, de dónde sacan su anti priismo, si son los hijos e hijas privilegiadas del régimen en la “alternancia” a la derecha y ultraderecha, pa´ que no se oiga feo, ni se sientan en pecado, ni tengan sentimiento de culpas.
Lo malo, – dijo un dirigente – “es que son muy primitivos, incultos, tercos, rallando en lo pendejo” pero, los iremos capacitando poco a poco, pa´ que se hagan cargo de este pinche cochinero. Sus discursos son una cosa, pero la gobernabilidad es otra.” Y miren, cuanta razón, los 13 votos panistas, por el interino del PRI. Pero, eso, será en otro escrito dedicado a Nacho Peralta. Arre…