EL AGUA S.O.S.

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AMANECER POLÍTICO

Por: Felipe Díaz Cortez

 

Uno de los problemas por venir en el mundo es el suministro de agua para consumo humano. Al grado que algunos pensadores afirman que si hubiera una tercera guerra mundial sería por la falta de agua. En lo personal no lo creo, pero tampoco puedo negarlo.

Pero qué provoca la escasez de agua, entre otras cosas, la acelerada urbanización, el incremento en las actividades agrícolas, el uso de fertilizantes y plaguicidas, la degradación del suelo, las altas concentraciones de población y la deficiente eliminación de desechos afectan la disponibilidad de agua para el consumo humano.

Al mismo tiempo al faltar el agua se afectan la agricultura y la ganadería, la industria, produciendo la escasez de alimentos, por tanto, tienden a desaparecer las especies animales y vegetales, ya que sabemos que estos no pueden vivir sin agua y consecuentemente el ser humano termina mayormente afectado, no sólo por la falta de agua, sino también de algo tan importante como lo son los alimentos.

Y qué se puede hacer para, al menos, atrasar un poco el proceso de la falta de agua, primero el uso de tecnologías que nos permitan reciclar en agua en general, tanto para el consumo humano como animal y en la agricultura.

También se puede trabajar en obras para captar el agua de las lluvias, tanto en ollas a campo abierto, como en la construcción de viviendas con las adecuaciones necesarias para este fin.

Creo que estamos a tiempo, porque ya se comienza a escuchar que la falta de agua está afectando a varias partes de nuestro país, particularmente en el norte. Aún aquí en Colima, algunas colonias se han quejado por la falta de agua.

También es necesario trabajar en la reparación de las redes de agua potable en las ciudades, porque como esas obras van bajo tierra y no se ven, los políticos las ignoran porque según ellos no les aportan votos.

En fin, trabajar para que no nos falte el agua, implica acciones que nos competen a todos, de parte de la sociedad lo más importante es no desperdiciarla, debemos cuidarla más que si fuera un diamante, porque en ello se nos va la vida.

Entre las acciones que le competen al gobierno, hay un programa que llama mi atención y que me parece que la gente de campo no ha sabido valorar, me refiero al sembrando vida cuyo fin principal es la sustentabilidad alimentaria y la reforestación del país.

En este programa el gobierno otorga apoyos a los productores del campo para que trabajen sus propias tierras, cito un ejemplo: En una parcela de 2 y media hectáreas se deben sembrar, más o menos, 2 mil 800 árboles, entre frutales y maderables, intercalando cultivos como el maíz y otros granos para el consumo familiar. Al principio se les regalaron árboles, pero luego se les apoyo para que hicieran sus propios viveros.

Aunque los logros son significativos, hay lugares donde no se nota el avance y por eso creo que este importante programa del gobierno federal no ha sido valorado a cabalidad por el campesino, sea agricultor o ganadero. Si bien es cierto que no son iguales los dedos de la mano, si todos jalaran parejo, habría una mejor contribución a evitar la falta de agua.

La sociedad en general también puede apoyar con su granito de arena, por ejemplo: Guardan todos los huesos de la fruta que consume. Luego sembrar esas semillas en alguna maceta y ya germinada la planta, llevarla a cualquier lugar del campo y trasplantarla, muchas se van a secar, pero también muchas se van a lograr.

En los camellones de las avenidas hay muchas primaveras, se pueden juntar las semillas y esas esparcirlas en el campo. En lo personal no creo que haya algo más hermoso que ver crecer una planta o un árbol sembrado con tus propias manos. Haz la prueba.

AL MARGEN

La verdad, si la dices una vez la puedes repetir un millón de veces y siempre será la misma. En cambio, la mentira cada vez que la dices algo tiene diferente, nunca es la misma versión. ¿O no Xóchitl?

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.