Divide y perderás

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Por: Francisco Pérez Medina

La mayoría conoce el precepto de Maquiavelo que expresa lo contrario “divide y vencerás” que no aplicó en las elecciones que recién se realizaron en el vecino país del norte. Y, claro, habrá quien exprese que, en realidad, este silogismo sigue vigente y que la manera en que se ejecutó fue fallida y sólo confirma que, lo concebido por el florentino en el siglo XVI, prevalece.

Desde que asumió la presidencia hace cuatro años, se dedicó a dividir entre los que estaban con él y los que no; los primeros, siguen siéndole fieles seguidores y dan por cierto todo lo expresado desde los espacios de difusión en las conferencias emitidas y en Twitter, medio de comunicación preferido, desde donde prácticamente gobierna. Los segundos, dudan de cada afirmación argumentando, con evidencias, las falsedades emitidas.

¿Qué falló entonces, si, desde un inicio de su mandato, se dedicó a fustigar a sus adversarios y dividir a la sociedad americana en dos bandos? El principal factor, que determinó perder la ratificación del mandato vía reelección, fue que, en vez de dividir, unió a la gran diversidad que existe; algo pocas veces visto, pues la mayoría de las posturas que se consideran irreconciliables, fueron pospuestas prefiriendo dejarlas a un lado para un objetivo común: sacar el populismo de su país.

Todavía no ha terminado la batalla, pues, en lugar de aceptar que perdió la estrategia y la elección, realizó lo que ya había anticipado: declarar un fraude en la elección. Pocas probabilidades tendrá en su obsesión por mantenerse en el poder, sin embargo, ha decidido quemar sus naves antes de reconocer sus errores.

La división como su estrategia durante cuatro años, fracasó. La mayoría de los estadounidenses no desea imponer su opinión o tener la razón sobre su vecino; desea, y mucho, estabilidad que le permita trabajar, emprender, decidir por sí mismo, que sus gobernantes respeten las instituciones, sin improvisaciones, que no se culpe al pasado de los errores presentes y que no le mienta diariamente como única estrategia y argumento como excusa ante su fracaso.

Salida

1.- El presidente tiene una gran debilidad, tanta que le ha llevado a cometer ya varios errores, algo extraño, pues, él cuida cada detalle; esa debilidad es evidente y patente hasta con sus más cercanos que se encuentran en Palacio Nacional. El lado débil del presidente se ubica en el occidente del país, en la tierra de los huicholes.

2.- En Macuspana, tierra que vio nacer al presidente, está padeciendo la peor inundación extendida prácticamente a todo el estado de Tabasco, por culpa de las intensas lluvias y por el desfogue de la presa “Peñitas” por parte de la CFE. El acontecimiento hizo que cancelara su gira por Nayarit y Sinaloa para trasladarse de manera urgente y así evitar un mayor desgaste con sus paisanos, quienes siguen sin dar crédito a una imagen compartida por la Legisladora Federal de ese estado expresando en sus redes sociales algo que caló hondo “El mejor presidente que ha tenido Nayarit” (El Imparcial, 07-11-2020”).

   3.- Pero no crea, estimado lector, que no es sensible a las condiciones de sus paisanos; antes de viajar hacia la gira les recomendó “…el llamado a mis paisanos, es que se puedan refugiar en las partes altas” (El Sol de Chiapas, 06-11-20202).