Cómo queremos envejecer con la cabeza perdida o con una mente saludable

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Entre libros y café

Por: José Luis Cobián León

Realizar un ensayo de cómo se forman las ideas en la mente y algo más, cómo mantenerlas, lo que nos permita entender la diferencia entre terminar la vida con la cabeza perdida o con una mente saludable, es necesario recurrir a Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Filosofía y Medicina en España en 1906, decía una valiosa frase: Todo ser humano si se lo propone puede ser escultor de su propio cerebro.

Es decir, usted, yo y quien sea, de 15, 40, 60 años, de la edad que sea, podemos decidir qué queremos que sea nuestro cerebro. Esto porque a medida que la población mundial envejece, el número de personas que padece demencia se triplicará y pasará de 50 millones a 152 millones en el 2050, no obstante, nosotros podemos decidir envejecer con la cabeza lo mejor posible, lo cual no es nada difícil si no los proponemos.

Pero antes es necesario entender: ¿Qué es la Inteligencia Emocional? Basándonos en la médica psiquiatra y escritora española Marian Rojas Estape, que la define en tres partes: Uno, la capacidad para entender y expresar nuestras emociones; dos, intentar entender lo que los demás sienten y tres, ponernos en su lugar. Afirmando que la inteligencia emocional es más importante que la inteligencia normal, porque es la capacidad que tenemos para relacionarnos emocionalmente bien con nuestro entorno.

Si alguien de la familia es una persona muy fría, que no sabe ser cariñoso, le falta inteligencia emocional, en su lugar tendría: Alexitimia, que es la incapacidad de expresar las emociones, por lo que al respecto enfatiza: “las personas que no tienen inteligencia emocional están enfermas, enfermas de vedad, las emociones que no son bien tratadas que no son bien expresadas, las personas que no saben ponerse en el lugar del otro, terminan sufriendo muchísimo en sus relaciones con los demás, con sus amigos, con sus compañeros, con la gente de su trabajo, es gente que sufre mucho”.

Y es aquí queridos amigos la necesidad de educarnos en el optimismo, teniendo pensamientos positivos, esto no significa salirnos de la realidad, por el contrario tener los pies en la tierra, con la cabeza arriba, con ilusiones, con objetivos, con metas altas y exigentes, como asegura la psiquiatra Marian, haciendo también referencia a que las neuronas que hasta hace unos años se pensaba que cuando una neurona moría no se podía regenerar, hoy se sabe que hay un método fácil para regenerar nuevas neuronas, se le denomina la neuroplasticidad.

Por consiguiente, nos explica Marian, la gente que se levanta por la mañana con ilusión, en dos o tres semanas consigue regenerar dos o tres neuronas en su cerebro. Núcleos de células embrionarias que se encuentran en nichos cerebrales emigran hacia el hipocampo, a la zona del aprendizaje, hacia la zona del optimismo, generando nuevas neuronas. La ilusión llama al optimismo, y el optimismo es algo que nace de la actitud de cada mañana y es algo que cada uno lo decide.

Y para darnos una idea, cita un ejemplo de la NASA, donde actualmente para ser astronauta y poder ir a Marte y a la luna, se miran dos cosas, la primera el Coeficiente Intelectual y la segunda el Coeficiente de Optimismo. “Imagínense un astronauta que empiece, ese meteorito no me gusta que mala pinta… yo eso de la luna no me da buena sensación la veo muy solitaria casi que volvamos a Estados Unidos”. Por ello como toda empresa o proyecto, la NASA busca gente optimista, porque como bien dice la psiquiatra, para los grandes planes, para los grandes proyectos de la vida se busca gente que valga y tenga optimismo.

Y es aquí la parte extraordinaria para saber cómo preparar una cabeza bien plantada en la vejez: es necesario entretener la mente, cómo: con algo de ejercicio, pero sobre todo dejarnos de los temas digitales, es necesario que volvamos a leer, a la lectura, a tocar el papel, a la naturaleza, conectemos con nuestro entorno, con las personas. Tengamos animales cerca de nosotros, plantas, árboles, realizar excursiones, ASOMBRO, hay tantas cosas que valen la pena, volvamos asombrarnos, a mirar las cosas con atención y con ilusión.

Finalmente, algo crucial e indispensable es, el PERDON, en el que Marian Rojas centra la necesidad de profundizar, mirar en nuestro interior para perdonar a las personas que nos han hecho daño. La felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria, y cómo podemos olvidar el pasado, perdonando, porque como bien dice, un corazón resentido no puede ser feliz, el perdón es un acto de amor, de humildad y hay que perdonar por mucho daño que nos hayan hecho, no se conoce a nadie resentido que tenga buena salud y que sea feliz.

En Manzanillo como en todo nuestro estado existen actividades culturales y deportivas, entre ellas los círculos de lectura, como los que realiza nuestra talentosa amiga Cutzi Gazpar Sánchez y que este servidor también espera llevarlos a cabo, mientras tanto, seguiré visitando algunos lugares de paso, como el enigmático HOA Club del Mar, que sobre una bella terraza donde predomina la luz tenue que acentúa las superficies de las mesas altas de equipal, con un sofá que invita a la lectura. Al fondo, las palmeras, el mar y el sonido de sus olas, una posada de caminantes al que llega de vez en cuando un vagabundo literario como un servidor a encontrar cobijo en ese hogar bohemio en Miramar, donde se puede sentir el refinado ambiente artístico que allí se respira.

Para concluir, retomando una frase del pensador oriental, Lao Tse, al que se le considera uno de los filósofos más relevantes de la civilización china desde hace más de dos mil años, decía: El que conoce lo exterior es erudito, quien se conoce asimismo es sabio, quien conquista a los demás es poderoso, quien se conquista asimismo es invencible. Para que no quede nada en el tintero, comentarios entrelibrosycafé@hotmail.com

Nota: Nuestro más sentido pésame a los familiares y amigos de la profesora Gabriela Pineda, por su sensible fallecimiento, quienes la conocimos la apreciamos y hoy nos deja un gran vacío.

Nota2: Gracias a todos y cada uno de los amigos que representan para Entre Libros y Café, uno Maquiavelo del altruismo literario, en esta ocasión mencionar a algunos de ellos: Ricardo Contreras, Miguel Fuentes, Hans Cervantes, Roberto Michel, Marta Xochitl, Lourdes Denis, David Elizalde, Julián Hernández, Mabel Osorio, Hánika Aydé Virgen, Janett Gutiérrez, Belén Mejía, Gabriel Trole, Ana Rivera, Abraham González, Juan Edgardo Romero, Rogelio Solórzano, Rodrigo Romero, Rubén Calderón y Ángel Palomino.