AUTOPSIA

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Por: André Marín

Gianni Infantino, presidente de FIFA

Aunque normalmente todos los lunes hacemos un repaso a lo sucedido en la jornada del futbol mexicano, la elección del nuevo presidente de la FIFA me obliga a hablar del tema.

Gianni Infantino se volvió famoso por sacar las bolitas en los sorteos de la Champions.

Llegó a la UEFA como abogado y su ascenso fue meteórico hacia los puestos importantes.

Nacido en el 70, este suizo con sangre italiana se dio cuenta a mediados del año pasado que si aprovechaba el escándalo mundial del futbol podría hacer algo histórico en su vida.

El brazo derecho de Platini tuvo que preguntarle al francés si estaba de acuerdo con su candidatura después de que fuese expulsado del futbol por malos manejos de dinero. Recibió la bendición del que fuera capitán de la selección francesa y quien para muchos era el sucesor de Blatter.

Su campaña proselitista incluyó viajes por todo el mundo y logró convencer a muchos de que era el que podría darle a la FIFA credibilidad y buen rumbo, dos aspectos que la llamada familia del futbol  pide a gritos.

En la votación final del viernes, la primera ronda fue muy cerrada y ya para la segunda logró la mayoría, teniendo como gran aliado a Europa, Sudamérica y a la Concacaf. México votó por Infantino.

Viene ahora lo más difícil. Este pelón simpático tiene ahora un reto mayúsculo.

Y darle orden al deporte más importante del mundo no significa que deba dársele más lugares en los Mundiales a los débiles, no puede ser que aumentando a 40 los cupos se vaya a mejorar el futbol.

Infantino viene de donde mejor organizado está el futbol, que es Europa. Si maneja la FIFA como se maneja la UEFA vamos de gane, pero no aumentando los partidos, porque eso, simple y sencillamente, nos entrega menos calidad.

Si en algo no estuve de acuerdo fue en aumentar los participantes a la Eurocopa, porque ahora habrá partidos de bajo nivel en la primera fase.

Los retos del señor Infantino serán enormes.

Más calidad, menos partidos, pensar menos en el dinero y más en el juego.

Y también convencer al mundo árabe y al mundo africano que su proyecto tiene futuro, porque fueron esos rumbos los que no lo querían al frente de la FIFA.

Este calvo, simpático y carismático, tenía hasta el viernes los fines de semana para estar con su familia, pero eso, por el momento, se terminó y ahora tendrá que ser un hombre entregado de lunes a domingo a su nueva chamba, que, por lo pronto, tendrá una duración de tres años.

Mucha suerte, Gianni.

No la tienes fácil.

                                                                 Twitter: @andremarinpuig