¡Aquí estoy!

0

Rincón de la Conciencia

Por Tanatólogo Antonio Valdés Mejía

Aquí estoy como de costumbre, ups creo que esta palabra no esta bien insertada en este texto, no es costumbre es “necesidad”. Bien pues inicio de nuevo. Como diario acudo a esa cita tan anhelada por mi corazón, esa cita que no dejaría de asistir por nada ni nadie del mundo, al menos que sea El quien me cambie el lugar de la cita, pero mientras eso pasa, porque algún día pasará que llegue al día de mi cita final en este mundo para emprender el más anhelado viaje que nunca jamás imaginé. Mi necesidad de cada día. Bien pues nuevamente y por tercera ves comienzo. Aquí estoy.
Aquí estoy, llegue a tiempo. Las 3 de la mañana, hoy no pido, quiero dar y darte lo mejor de todo lo que tengo porque todo lo que tengo es por ti y ahora es para ti.
Así que las primicias son tuyas, mis primeras palabras, lo primero que mis ojos vean al despertar, mis primeros pensamientos, mis primeras bocanadas de aliento, mis primeras emociones, mis primeros comentarios, y mis primeros momentos de conciencia ante ti. Así que mis primicias son tuyas mi Señor.
Estoy tan agradecido por tenerte, de pertenecerte y de venerarte, pues eres mi todo, nadie me había llenado tanto como tu, un día me hablaste, me escuchaste y me perdonaste, ¿te acuerdas?. Eran las 15:00 del 07 de Abril de 1986 Fue el Chula Vista (Cuernavaca, Morelos).
Primeramente me hablaste por mi nombre, después me invitaste al arrepentimiento por primera ves, me llamaste al arrepentimiento por segunda ves, me ordenaste al arrepentimiento por tercera ves, te identificaste, me enseñaste mis motivos de arrepentimiento, me escuchaste atentamente y sin premuras, me consolaste, me recibiste en tus tiernos y poderosos brazos, me secaste las lagrimas que por cierto eran como mares, me hablaste nuevamente por mi nombre, me sonreíste por primera vez en mi vida, me tomaste de la mano y me levantaste del suelo, me bendijiste, y me llamaste a seguirte y obedecer, nunca hubo una despedida, sino un Aquí Estoy!.
Ese Aquí estoy a estado conmigo todos los días de mi vida desde entonces, y es con quien tengo todos los días esa cita tan importante que es ineludible, pues se trata de una cita de Amor y Vida.
Bien Dios mío yo callo y tu háblame, háblame como en aquél día, háblame como solo tu sabes hacerlo, háblame como quieras, pero háblame Papá.