TONALTEPETL

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Por:  Gustavo L. Solórzano

Cada aprendizaje de la vida nos hace más sabios, y más capaces de afrontarla de manera correcta.

México y de manera particular Colima, pertenecen a una zona eminentemente sísmica, misma que de manera constante se expresa aun cuando no nos demos cuenta. Nuestro estado guarda en su historia grandes movimientos telúricos que le han generado estragos no solo en su estructura física sino que lamentablemente han impactado en su gente. Mi memoria me lleva a los años 1932, el maremoto de Cuyutlán trajo dos movimientos más de 7.8 y 6.9 los días 18 y 22 de junio del mismo año y en el cual murieron por lo menos 75 personas además de los considerables daños materiales.1941, los anteriores no los viví, 1973, 1985, 1995, (éste causó la muerte de 58 personas y más de 45 mil damnificados), además de daños a la infraestructura. Finalmente el del 2003; aunque de manera natural se han presentado muchos más, afortunadamente su magnitud no se ha considerado grave.

Solo el martes 11 del presente, el Servicio Sismológico Nacional reportó en Colima cuatro sismos, cuya magnitud fue menor de cuatro grados. Lo anterior, insisto, solo por mencionar un ejemplo de la alta sismicidad que tiene nuestro estado y de la cual los jóvenes que nacieron después del 2003 no tienen conciencia. Justamente el 21 de enero se cumplen 19 años del sismo más reciente (20:06 magnitud 7.6) en cuanto a duración y magnitud, que sacudió no solo la tierra sino también nuestras conciencias. Por eso es necesario que el Gobierno del  Estado, las instituciones, los servicios de salud y la sociedad en general, fomentemos el antes, durante y después de un sismo. “La práctica hace al maestro”, reza un viejo adagio.

Dominar un conocimiento nos permite perfeccionarlo, en consecuencia nos volvemos expertos. Aunque si bien es cierto nuestro estado emocional es cambiante, no es lo mismo saber a ignorar y si sabemos que hacer, podemos salvar nuestra vida y contribuir en la salvaguarda de las de los demás. Es necesario, de manera especial, que en casa tengamos un sencillo pero efectivo programa de evacuación. Evitar los gritos, empujones y salidas corriendo, que solo conducen a mayores riesgos; el instinto natural de todo ser vivo nos lleva a ponernos fuera de una eventualidad, sí, más en una circunstancia de peligro, el control emocional puede representar la preservación de la vida.

Identifique lugares seguros en su casa, aleje de su camino objetos que representen obstáculo hacia la salida de su hogar, procure tener documentos personales a buen resguardo y una linterna a la mano. En materia de prevención y seguridad, todos los esfuerzos son bienvenidos, su vida solo depende de usted amable leyente. Lea, pregunte, aprenda sobre el tema, nunca estará de más saber y no sabemos en donde puede  sorprendernos un fenómeno natural o uno provocado. Es importante sumar voluntades en las acciones que nos lleven a la protección civil y estar preparados para darnos la mano siempre.

Finalmente, no existe a la fecha, un aparato que pueda predecir ni el día ni la hora de un sismo, seamos solidarios con conocimiento de causa, evitemos hacer caso a rumores.

ABUELITAS:

“2022, año de la esperanza”, Así ha sido decretado por el honorable congreso del estado, sin duda hoy como nunca, la esperanza es la fuerza en la que los ciudadanos tenemos puestas nuestras expectativas. Todos tenemos la esperanza de que éste sea un mejor año y en el que la renovada vida en el planeta tierra, abra los ojos de una sociedad que aún puede, como el ave fénix, renacer de sus cenizas. Es cuánto.