TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

Auschwitz empieza donde quiera que alguien mira un matadero y piensa: sólo son animales. Theodor W. Adorno, filósofo alemán, escritor de temas como sociología, comunicología, psicología y musicología.

La música llenaba el ambiente por completo y las tenues luces amarillentas eran sustituidas por luces multicolores que anunciaban el inicio de la función, previamente la fila que parecía interminable había sido el preámbulo para poder disfrutar del espectáculo. Parecido al talco, un fino pero visible polvo atragantaba a más de uno y provocaba estornudos entre los asistentes, eran los trabajadores que con rapidez colocaban un gran tapete redondo en el centro de la pista para darle más vistosidad quienes lo levantaban. La engolada voz del maestro de ceremonias dando la bienvenida, motivó al silencio casi total; estábamos en el circo.

La perorata anunciaba que ese era el mejor circo del mundo y que los integrantes eran personas traídas de diferentes países. Sin embargo, reconozco que me decepcioné un poco al descubrir que eran los mismos, solo con traje y nombres diferentes. Disfruté de los payasos, los trapecistas, el mago, y desde luego los imponentes elefantes, los caballos bailadores de no sé dónde, los aterradores tigres o leones que en sus frágiles jaulas debutaban para un público emocionado y lleno de expectación, temeroso a la vez de que alguno pudiera burlas la improvisada prisión.

Lo triste llegaba cuando todos regresábamos a casa platicando los pormenores de lo vivido, menos los animales. Al salir podíamos pasar al “zoológico gratis” y ver que los animales ya sin las engañosas luces, mostraban signos de violencia, y mal trato, heridas, moscas excesivas en ciertos lugares, poca movilidad, hacinamiento, etc. ya con anterioridad habíamos visto los golpes que los animales recibían para que realizaran su parte y obteniendo como premio un miserable bocadillo además de un deprimente espacio para vivir.

Indudablemente los circos tienen su parte relevante en la historia del mundo,  y aunque siempre han estado asociados con la diversión, la misma ha servido para ocultar el trasfondo de una realidad arcaicamente distinta. Países como Austria, Holanda, Suecia, India, Finlandia, Suiza, Dinamarca y Argentina, al igual que un considerable número de  estados y ciudades de Europa y Estados Unidos, ya han prohibido shows de entretenimiento con animales. En nuestro país, estados como Querétaro Zapopan, Jalisco; Teocelo, Xalapa, Boca del Río, Veracruz; Tangancícuaro, Michoacán, y Toluca, estado de México, se ha sumado a la prohibición de circos con animales. Poniendo así, la muestra de una cultura de respeto total en favor de la vida y apoyando entre otras acciones, campañas como la de “Yo Quiero un Circo sin Animales” que lleva a cabo La Organización Animanaturalis, cuyo “principal objetivo es la divulgación de la información necesaria para ese cambio de conciencia que permita la convivencia pací­fica entre los humanos y no humanos”.

Considero que es urgente seguir el ejemplo de aquellos que actuaron con amorosa responsabilidad legislando en favor de la vida, insisto, no es asunto de partidos, es un compromiso que nos involucra a todos, ser gente de nuestro tiempo implica generar cambios para bien y dejar de actuar con actitudes retrogradas que van en detrimento de los más débiles, de seres inocentes que nada deben. Señores legisladores, ustedes tienen la primera palabra.

 

ABUELITAS:

Me uno a la pena que embarga a la familia del Prof. Isidro González Silva y deseo que nuestro creador y dador de vida, les de fortaleza en este difícil momento. Es cuanto.

Miembro de la A.C.P.E.