TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

Las personas y  los seres vivos fueron creadas para ser amados y las cosas fueron creadas para ser usadas. La razón por la que el mundo está en caos, es porque las cosas están siendo amadas y los seres vivos están siendo usados, Jonathan Moldú (Edición de MioPlanet.Org).

Los orígenes de la celebración del día de muertos en México, pueden ser trazados hasta la época de los indígenas de Mesoamérica, tales como los Aztecas, Mayas, Purépechas, Nahuas y Totonacas. Los rituales que celebran las vidas de los ancestros se realizaron por estas civilizaciones por lo menos durante los últimos 3,000 años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.

El festival que se convirtió en el Día de Muertos cayó en el noveno mes del calendario solar azteca, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por el dios Mictecacihuatl, conocido como la “Dama de la muerte” (actualmente corresponde con “la Catrina”). Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos.

Al respecto de esta festividad netamente mexicana, diré que mi abuela era de esas mujeres que amaban la tierra y nuestras costumbres, mujer hecha a la antigua, fuerte y decidida. En alguna ocasión comenté que durante su juventud ella y mi abuelo eran buscadores de tesoros llamados entierros y aunque nunca encontraron nada significativo si se toparon,  al decir de ella, con la muerte; no en persona sino en esencia.

La celebración del día de muertos representaba una  visita sanamente obligada al panteón, limpiar la tumba de los nuestros y elevar oraciones al creador por su eterno descanso, llevar una ofrenda de flores o las famosas coronas de papel hechas a mano por amorosos artesanos, nuestros vecinos. Pedíamos por todos, no solo por los de casa; en la  noche previa dejábamos una jarra con agua y algunos vasos, así como una botella de tequila y desde luego una veladora encendida para que encontraran el camino a casa.

Recordábamos a los nuestros, a todos aquellos que habían recorrido nuestro suelo antes que nosotros y que nos habían heredado sus costumbres y raíces; la vida misma, nuestros ancestros. Hoy las costumbres se han modificado un poco y tristemente hemos permitido que nos invadan costumbres ajenas que poco o nada tienen que ver con nuestra mexicanidad. Incluso en algunos centros educativos ha permeado el jalowin y con el, gastos innecesarios para fomentar costumbres ajenas que distorsionan nuestra realidad ancestral.

Por eso es importante que el DIF estatal que preside la señora Alma Delia Arreola de Anguiano haya puesto en marcha un programa para promover la elaboración de altares de muertos.  Acompañada por el Maestro José Guillermo Rangel Lozano, Secretario de Educación estatal, la señora Alma Delia hizo un reconocimiento a la labor de todas las voluntarias y así mismo, agradeció al Mtro. José Guillermo por su respaldo en esta importante actividad que resalta y fortalece nuestras costumbres y tradiciones. Lo anterior en cumplimiento a la meta II.363 del Plan Estatal de Desarrollo 2009-2015 (PED) en la “Campaña anual de rescate a nuestras costumbres y tradiciones”.  Indudablemente los valores de nuestra sociedad se ven favorecidos gracias a los voluntariados de nuestro estado y no solo eso, sino que también contribuyen para enriquecer la historia de nuestro país con su riqueza humana y tradicional. Así que apreciable lector, le invito para que participemos de nuestra riqueza cultural respaldando nuestra historia. Es cuánto.