ROGELIO RUEDA, SIN ATADURAS
Por: Carlos Orozco Galeana
Un buen número de aspirantes priistas, por temor a “quemarse” o para que no se les regañe o den al traste ellos mismos con sus aspiraciones, guardan silencio ante temas complicados y más si son referentes a sus anhelos personales. Pero no es el caso del secretario de gobierno Rogelio Rueda quien habla holgadamente sobre la sucesión del 2015 en la que él mismo participa. No hay que desdeñar una información como esta.
Expone a Ecos de la Costa, en entrevista con su director Adalberto Carvajal, como si estuviera desasociado del proceso. Lo hace con aplomo manteniendo una actitud auto crítica que le es reconocida por muchos y con un gran nivel de compromiso. Es sensato y no se muestra agobiado a pesar de saber que la competencia se endurecerá los meses siguientes. No tiene ataduras en su pensamiento.
Referido lo anterior, digo que las cosas en la política mexicana han cambiado a partir del actual régimen federal. Hay presidente de la república proveniente de un grupo duro en el PRI, como es el de Atlacomulco. Este comparte poco y está acostumbrado a ganar y mandar. Se dice que de Los Pinos sale la indicación hasta para nominar a alcaldes. Si no me creen, pregúntenselo a Manuel Mondragón – exsecretario de Seguridad Pública federal – que sufrió un gran coscorrón presidencial que lo dejó fuera del gabinete. Por su inclusión en el colegiado del CEN del PRI, Peña Nieto, un duro de la política, opinará sobre las nueve gubernaturas que se renovarán el año próximo. Lo que se percibe no se pregunta.
Quienes opinan de la sucesión colimense, hacen apuestas ociosas sobre quien intervendrá o no en ella. Hay la pregunta especial sobre el arbitraje de Mario Anguiano, cuando lo que hay es que forma parte de ese mando colegiado nacional priista y por supuesto que su opinión cuenta y contará. ¿Y qué tal si, abonando esta hipótesis, pasa como cuando Silverio se salió son la suya ante los fuertes del PRI y se la jugó con MAM por sus altas preferencias? Se dirá que eso ocurrió porque Silverio no tuvo enfrente a Peña Nieto en las negociaciones, y eso es cierto. El tiempo de hoy es otro, pues, aunque nadie la puede hacer de adivino sin correr peligro de fracasar.
Lo deseable es que los que tienen el poder y decidan lo hagan con sabiduría y por los intereses de Colima por delante. Porque a veces, las sucesiones en los estados se resuelven por presiones de grupos de poder económico, por dinero, por intereses propiamente oligárquicos, por compadrazgo o amiguismo, por cuestiones de desastres naturales, por cualquier cosa pero menos por el provecho de un estado.
Rogelio Rueda dijo a Ecos de la Costa que la realidad de Colima es diferente a las dos ocasiones en que participó y buscó la nominación de su partido. Ahora, está colocado en posición distinta. Lo digo por esto:
Ha sido un diputado federal y senador muy dinámico, solidario en la gestoría del gobierno local anterior y del actual. Conoce al estado por su trayectoria de servicio, especialmente por la de Manzanillo, y por ser hombre de leyes. Ha respaldado fuertemente a Mario Anguiano en las tareas que le ha encomendado, aunque según se ha leído en algunos medios, difiere de él en ciertas concepciones de política por razones de enfoque o por tener formación profesional diferente. Nada de otro mundo esta cuestión. Si no hay dos personas comunes que piensen igual, tampoco las hay entre los políticos. Ah! , una cosa grata: Rogelio no trae grupo atrás que le exigiría cargos públicos si gana la nominación. No trae pandilla. No tiene detrás empresarios ventajosos que le cobrarían luego el apoyo que le otorgasen. Tampoco trae mafiosos por su costado, lo que es un gran alivio a estas alturas.
Esperemos que los poderosos del PRI no se equivoquen en la decisión de diciembre. Cualquiera, de otro partido, le ganaría. Históricamente, los que en él deciden han acertado, tan es así que a pesar de los últimos elecciones competidas, ha salido avante no sin algunos espantos.