TAREA POLÍTICA

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TAPADERAS

Por: José Luís Santana Ochoa

El gobernador interino Ramón Pérez Díaz no emprenderá ninguna acción persecutoria en contra de las ratas anguinistas y siveristas de dos patas, ni el intergaláctico José Ignacio Peralta Sánchez hará pronunciamiento alguno que las condene con severidad, mucho menos se comprometerá ante los electores a perseguirlas para cazarlas. Y es que ambos calculan que el daño a la de por sí pésima imagen pública del PRI que le causaría su encausamiento ante la justicia sería de tal magnitud que provocaría su aplastante derrota en la próxima elección extraordinaria de gobernador. Así que si es pasión que se les borre, los malandrines silveristas y anguianistas quedarán impunes a pesar de haber llevado al estado a la quiebra financiera y al desfalco en la misma medida que incrementaron sus fortunas personales. Como los priistas se tapan con la misma cobija, una vez más, le apostarán a que el tiempo borre de la memoria de los muy agraviados colimenses los abusos cometidos por sus compañeros de partido en su perjuicio.

En su discurso inaugural pronunciado ante el Congreso del Estado, Pérez Díaz se comprometió como gobernador de los colimenses a ser  respetuoso de la ley y a irse por la aplicación de la justica cuando haya conflicto entre ambas, pero ni una sola palabra que dejara entrever que las ratas anguinistas y silveristas serían molestadas ni con el pétalo de una investigación. Según el gobernador interino, “Colima y los colimenses merecen vivir en paz y armonía porque nos une una hermandad; trataré de que recuperemos la seguridad y tranquilidad que se tenían”, pero no tratará de recuperar  los cientos de millones de pesos que sus hermanas ratas gobernantes priistas les robaron en los últimos diez años, mucho menos meter al bote a ninguna de ellas.

Según el muy declarativo Peralta Sánchez, el gobernador interino “habrá de recomponer el rumbo del estado, corregir muchas cosas, entre ellas, el que habrá de combatir la corrupción y castigar a quienes hayan infringido la ley,  iniciando la reconstrucción del tejido social para que los colimenses vuelvan a creer en el gobierno estatal”, enorme tarea que nadie en su sano juicio cree que pueda arrojar resultados en los poco más de dos meses que median para llegar a la elección extraordinaria del domingo 17 de enero de 2016, mucho menos tratándose de la cacería de ratas anguianistas y cavacistas. El voto de castigo es lo único que los muy agraviados electores colimenses tienen como arma para tundirle duro, tupido y mucho, al PRI y a su candidato a la gubernatura en la próxima cita a las urnas.

Y es que de los gobiernos priistas sólo pueden esperarse complicidades, así estén encabezados por personas “honestas, íntegras, con buena imagen, profesionistas en la materia del Derecho y, además, con experiencia en el sector público”. Como candidato a la gubernatura que fue por la alianza PRI-PVEM-PANAL, José Ignacio Peralta Sánchez nunca jamás hizo señalamiento alguno al desastroso desempeño de Mario Anguiano Moreno sabedor de que hacerlo sería darse un balazo en el pie,  pero como ya lo convencieron de que éste y su gavilla apestan, se quiere de pronto tornar  en crítico light  de la administración anguianista sin reparar en que la misma, igual que la de Jesús Silverio Cavazos Ceballos, tiene la desprestigiada marca PRI. Hay que recordarle a JIPS cuantas veces sea necesario, que los últimos mil doscientos empleados de confianza dados de baja por Anguiano Moreno y el crédito a largo plazo de 600 millones de pesos contratado para pagarle a la misma banca intereses vencidos, más los casi mil 800 que están atorados, fueron decisiones por él tomadas.

“Que el gobierno estatal – peraltista- tenga nuevamente la capacidad de resolver problemas de entregar resultados y que los colimenses nuevamente podamos sentirnos seguros”, expresa el sobrino del editor para a continuación asegurar “que este gobierno interino garantizará que el proceso electoral sea absolutamente imparcial y objetivo, que respetará a cabalidad la ley y que no inclinará la balanza a favor de ningún partido ni de ningún candidato”, imparcialidad, objetividad y apego a la legalidad que, hay que precisar,  tienen como principal garante al ex coordinador de su campaña ahora por él investido como Secretario General de Gobierno, Arnoldo Ochoa González.

EL ACABO

  • Lo de siempre. El presidente de la República y el gobernador del estado visitan los lugares golpeados por los embates de la naturaleza, ponen rostros compujidos ante los damnificados, se toman las fotos de rigor y sueltan promesas de apoyo como si anduvieran en campaña política. Después de sus visitas, los lugareños continúan en el desamparo. ¡Y así quieren que la gente vuelva a votar por el PRI!
  • Los prisitas de a de veras, los leales hasta la ignominia e institucionales hasta la muerte, los que soportaron desdenes, ninguneos, recriminaciones y marginación de su candidato inetrgaláctico sin hacer gestos, mucho menos revelarse ante trato tan injusto aunque merecido por su dejadez, estarán en primera línea en la próxima campaña nachista coordinados por el prófugo del panismo colimense Pedro Peralta Rivas.
  • La enorme simpatía personal que irradia el carismático Fernando Martínez Pacheco, quien se ha ganado a pulso el mote del ¡viene, viene!, por su vital función de echarle agua al chofer del vehículo en que mueven a su jefe José Ignacio, le atrajo a éste cientos de votos a su favor en las elecciones del domingo 7 de junio anterior.