¿SÍ SIGUIÉRAMOS EN JALISCO?

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Por: José Díaz Madrigal

Por estos días de Junio, los vecinos jaliscienses celebran sus 200 años de que fueron los primeros en todo el país en constituirse como estado de la república. Tres meses después que Iturbide dejó el trono del imperio mexicano, conforme al Plan de Casa Mata -el que derrocó al emperador- donde se proponía un sistema de gobierno basado en una república federal.

Después que salió Agustín de Iturbide, el poder ejecutivo en la capital quedó a cargo de tres generales: Nicolas Bravo, Pedro Celestino Negrete y Guadalupe Victoria. Éstos personajes daban la impresión de no tener prisa en convocar a un congreso constituyente que redactara la nueva constitución. Por tal motivo, notables hombres de todos los rincones de Jalisco fueron citados en Guadalajara, para deliberar la conveniencia de proclamarse como estado. Lo hicieron, dando ejemplo al resto de México para que surgieran nuevas entidades, con la figura de gobierno llamada Estados de la República.

Por Colima que formaba parte de la intendencia de Guadalajara, fue enviado el Licenciado Ignacio de la Madrid en calidad de diputado. Tras varios días de discusiones, se dió a conocer el bando solemne en que se plasmaba la voluntad de los diputados de la intendencia de Guadalajara, donde se informaba la creación del Estado Libre de Xalisco. En 1836, se dejó la “X” por la “J”.

La redacción del bando tiene fecha de 16 de Junio de 1823, ese mismo día, los diputados propusieron a Nuestra Señora de Zapopan, Generala y protectora Universal del Estado de Xalisco. He aquí la razón por lo que se conoce a La Virgen de Zapopan, como la Generala.

En la capital del país no vieron con buenos ojos lo que pasaba en Jalisco, casi lo consideraban estado rebelde, puesto que no tomaban en cuenta al centro para tomar sus decisiones. Mandaron a un ejército para quitar del mando a Luis Quintanar, que era el jefe político y militar del naciente estado; ese ejército fue derrotado. Vistas las circunstancias tuvieron que venir el mismo Nicolas Bravo y Pedro Celestino Negrete con un contingente militar más grande. Negrete que era español, había sido compañero de armas del colimense Anastasio Brizuela cuando luchaban contra los insurgentes.

Pedro Celestino estratega brillante, le propuso a don Tacho Brizuela que buscara la separación de Colima del nuevo Estado de Jalisco, con el único propósito de debilitar a los jaliscienses. El planteamiento de Negrete funcionó, tomaron Guadalajara y Colima quedó separada del árbol frondoso y fuerte que es Jalisco.

Tacho Brizuela en sus memorias justifica el hecho de la separación en aquel 1823, sin embargo cinco años más tarde vino el arrepentimiento. Muchos vecinos de Colima se dieron cuenta que había sido un error el haberse separado de Jalisco, ya que sin el apoyo de éste, no había dinero que alcanzara para cubrir diferentes necesidades: escuelas, hospitales, seguridad, obras de sanidad e infraestructura urbana. Así pues, estos colimenses trataron por distintos medios la reincorporación de Colima con Jalisco.

El gobierno federal le seguía teniendo ojeriza y recelos a los prósperos jaliscienses y no iba a permitir que se fortalecieran con la reincorporación de Colima. Pero tampoco nos echaban la mano.

A nivel nacional y también internacional, Jalisco es en muchos aspectos emblema de la mexicanidad. El mariachi es referente de la música tradicional de México, la bebida nacional por excelencia es el Tequila, la charrería no nació en Jalisco pero echó raíces y creció más que cualquier otro lugar; la birria y hasta las Chivas rayadas del Guadalajara que tiene en su equipo a puros jugadores mexicanos, son de Jalisco.

Quizás viendo en la distancia en el tiempo, a Colima le hubiera ido mejor estar unidos a los hermanos jaliscienses. Al que buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija, de un refrán popular. Pero ésto, son sólo suposiciones.

*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.