Por: Ángel Durán.
En México, hemos tenido grandes juristas, y uno de ellos fue el recientemente fallecido Dr. Sergio García Ramírez. Su trabajo en el mundo del derecho fue extraordinario, basándose en la premisa de que los Estados nación tienen el deber de actuar respetando los Derechos Humanos.
Como servidor público en nuestro país, juez y presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, su partida nos invita a recordar y reflexionar sobre su pensamiento y legado.
En sus diversas sentencias dictadas en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, enfatizaba que los tribunales de justicia deben garantizar una verdadera actuación de los jueces y asegurar que todas las personas que acudían a pedir justicia tuvieran el derecho de ser escuchadas, analizar sus casos y decidir a favor de quien realmente tuviera la razón. Siempre del lado de la justicia, abogaba por la protección real y eficaz de las víctimas.
Su doctrina humanista sería valiosa para quienes designan a los jueces de los poderes judiciales tanto federal como estatal, pues en México la designación se ha politizado, y en un país donde impera la injusticia se requiere un sistema judicial eficiente, sensible y responsable de su función constitucional.
La designación de jueces de altos cargos debe ser reestructurada, especialmente cuando quien los designa es el sistema político. Es fundamental dejar de lado prácticas políticas en estas designaciones y garantizar que el profesional designado conozca la ley, tenga autonomía de pensamiento y vocación de servicio para proteger a las víctimas que buscan justicia.
Hoy día, existe una enorme distancia entre el pensamiento de la sociedad y quienes imparten justicia. Se considera que en México los jueces no son confiables y que favorecen a grupos de poder.
Por ello, es crucial retomar este tema con responsabilidad por parte de quienes tienen el deber y la facultad de designar a jueces y magistrados. Una equivocación en esta área afecta los derechos de la sociedad a tener un sistema de justicia confiable como mínimo 6 años, que es el plazo por el que se les designa en su primer periodo.
Actualmente, nuestro sistema judicial está prácticamente colapsado, con problemas internos y externos, divisiones entre sus integrantes, un gran rezago judicial y debilidad en la defensa pública.
Los justiciables, especialmente aquellos que no pueden pagar un abogado particular, consideran que los defensores públicos estatales están rodeados de burocracia y prolongan excesivamente los juicios.
Una solución a estos problemas sería aplicar la doctrina judicial implementada por el Dr. Sergio García Ramírez, ahora reflejada en la Constitución de nuestro país. Esta doctrina propone una reingeniería total del sistema de justicia para asegurar que el personal adecuado tenga todo lo necesario, así como la autonomía e independencia necesarias para un poder judicial autónomo e independiente, capaz de garantizar el derecho humano de la sociedad a tener jueces confiables.
Este tipo de juzgadores garantizaría que toda víctima de delito o violación a sus derechos humanos sea reparada adecuadamente y atendida de manera inmediata y sin retrasos.
Es crucial prestar atención a los grandes estudiosos del derecho en nuestro país, como en este caso, al pensamiento del Dr. Sergio García Ramírez.
En Colima, por ejemplo, se renovarán al menos cuatro magistraturas del sistema de justicia local este año, y se llevarán a cabo evaluaciones a quienes actualmente están en funciones, ya que se les está por vencer el período de 6 años por el que fueron designados. Si pasan estas evaluaciones, serán ratificados en el nombramiento.
Dada la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Suprema Corte de la Nación que señala de, que si son ratificados se vuelven inamovibles, sería fundamental revisar los antecedentes para ver si siguen aplicándose.
Cada seis años, que es el plazo por el que son designados, deberían ser evaluados para saber si siguen siendo confiables, ya que si la sociedad se queja permanentemente de un retraso en la administración de justicia provocado por los juzgadores, seguramente no habrá ratificaciones.
También deberían llevarse a cabo procedimientos de selección para nuevos integrantes, hombres o mujeres, que demuestren tener la capacidad, los conocimientos y los méritos suficientes para ocupar esos cargos en el poder judicial.
Emitirse convocatorias abiertas permitirían que todos los interesados participen. Analizando el pensamiento del jurista mexicano Dr. Sergio García Ramírez, se podría encontrar una solución para mejorar la calidad de justicia en México.
Ahora que se va a renovar estas cuatro magistraturas en Colima, sería importante analizar esta doctrina de pensamiento. La sociedad exige un sistema de justicia confiable y eficiente, y la aplicación de la doctrina del Dr. García Ramírez podría ser clave para lograr este objetivo. Su legado y pensamiento jurídico ofrecen una guía valiosa para reformar y fortalecer nuestro sistema de justicia.
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