Presidente, no se raje

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Por: Francisco Pérez Medina

El escenario de esta semana, continuó no siendo el mejor para quien dirige este país. Su popularidad y aprobación, por la forma en que gobierna, ha ido decreciendo de manera constante, causando intranquilidad y desconcierto entre sus seguidores. Todas las encuestas profesionales coinciden en el resultado.

Ante los escenarios nada favorables, ha llegado a mencionar algo que es preocupante “…cuando el pueblo no me quiera, voy a llorar y me voy a ir, porque si el pueblo no quiere al gobernante, el gobernante no sirve, es la nada” (El Financiero, 18, 02, 2020). No presidente, usted no puede ni debe siquiera considerar esa alternativa, tampoco victimizarse es la mejor estrategia.

El puesto por el que luchó toda su vida, en el que creyeron más de 30 millones de mexicanos, no puede tener una salida indecorosa como la que mencionó. Los representantes populares, no han sido electos para ser queridos, populares o idolatrados, tampoco -vale decir- para ser odiados, vilipendiados o avergonzados. Son electos para resolver los problemas y tomar decisiones; obvio que éstas, pueden generar resistencias, incomodidad o malestar, es la esencia de ejercer el gobierno. Sin embargo, si no se sustentan con un diagnóstico acertado, con una planeación a corto, medio y largo plazo, con responsables de ejecutarlos, sobre todo, resolver; si, por el contrario, son por capricho, por venganza, basado en eliminar todo lo que huela a otros gobiernos, entonces, es su estilo de gobierno lo que no está gustando a los ciudadanos.

Lo percibió en su propia tierra, Macuspana, donde infortunadamente, se confrontó con sus paisanos; profeta en su tierra no fue. Ante las preguntas de sus programas estelares, le espetaron que no eran tal; alguien mintió: quién no le informa los avances, limitaciones y alcances, o quienes no se conforman con lo regalado. El malestar se canalizó con manifestaciones contra la autoridad. Hizo mal en perder los estribos, regañar y hasta sermonear sobre la mentira o la falta de respeto, no es para lo que fue electo.

Su estilo está perdiendo el encanto. Dedica demasiado tiempo en culpar y poco en resolver. La mayoría votó por una alternativa diferente de gobernar que no está brindando los resultados esperados; y, sí ésa, fue capaz de sacar del poder a los partidos políticos convencionales, lo puede hacer con los alternativos. Ya ha transcurrido el tiempo de gracia y también el de la curva de aprendizaje. Presidente, no se raje. Modifique lo que tenga que modificar, no gobierne solo, que el poder no lo aísle, debe tener un gabinete capaz y leal, no incapaz ni sumiso. Está a tiempo de recomponer.

Salida

1.- Acierto la decisión de los diputados federales de eliminar el outsourcing con las responsables de la limpieza del edificio que los alberga, al modificar su contratación, basificándolas, lo que beneficia en su seguridad laboral y duplicar de su ingreso. Predican con el ejemplo.

2.- Lamentable la corrupción que mancha este gobierno federal, al descubrirse contratos millonarios por asignación directa a empresas de reciente creación vinculadas a funcionarios; pero, lo que más decepciona, es la omisión de la responsable de investigar y sancionar estas prácticas que se creían erradicadas.       

3.- Ayer se cumplió un año de un hecho lamentable y condenable, que no ha sido resuelto ni se ha informado los avances del caso, en el que estuvo involucrado un alto funcionario del gobierno estatal. El asesinato de un menor de edad no es cosa menor, ni puede quedar impune.

4.- Gobierno Federal en Colima: dos secretarios y la directora de Conacyt estuvieron por nuestra tierra esta semana; se percibe un interés especial, cariño, coordinación y buena relación con la autoridad estatal.