Nuevo rector en la UdeC, nuevos retos

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Democracia deliberativa

Por: Ángel Durán

Un antes y un después para la Universidad De Colima, significa el reciente cambio de timón, al designar como su nuevo rector a Cristian Torres Ortiz Zermeño. La máxima casa de estudios, se ha considerado como la institución educativa formadora de los profesionistas que por décadas han manejado las instituciones públicas en el Estado, lo que indica que la función principal de una institución educativa de alto nivel académico, es, un compromiso con la sociedad, esto es, tiene como único fin, una función social, para formar profesionistas y no empleados de la burocracia.

La Universidad de Colima del siglo XXI, tiene una diversidad de retos de aquí en adelante y el nuevo rector lo sabe; tiene que ser sensible y cumplirlos y llevar a esta comunidad universitaria, hacia una institución moderna , democrática, generadora de profesionistas de alto nivel, aceptar de todas las corrientes ideológicas, fomentar la tolerancia en la diversidad de ideas, el respeto a los valores éticos y alejarse de temas políticos que la afecten, así como de todos aquellos grupos que por siempre han tenido la tentación de beneficiarse, alejarse de cualquier cultura de actos de corrupción y proteger a sus trabajadores y fomentar la libertad en todos los sentidos de sus estudiantes, incrementar la matrícula de posgrados e invertir más en investigación científica, trabajar sobre un cambio interno de democracia en todos los sentidos, desde crear una Ley Orgánica y su Reglamento, pues su sistema legal ya son anacrónicos y ya no responden a las necesidades actuales de esta institución y no se adaptan a las exigencias del marco constitucional y menos de los cambios jurídicos que están en tratados internacionales en la materia, seguir así con esta misma legislación, no avanza en democracia interna y se fomenta la continuidad del arraigo de grupos de poder que una Universidad jamás debe de tener.

La sociedad colimense merece contar con una universidad de vanguardia, pues si una institución académica de esta importancia, no se actualiza y no camina junto a las necesidades sociales, se aleja de sus fines y de su objeto social, por eso es que, el actual rector de la Universidad de Colima, tiene grandes retos, pues tiene que enfrentar los desafíos que la mantienen a la universidad atrasada en democracia interna y con un sistema legal viejo e intolerante a la crítica.

La U de C debe abrirse a aceptar que hay opiniones divergentes al interior, pero finalmente todos son académicos y que opinar diferente y, luchar por tener un cargo universitario, no significa ir en contra de la autonomía universitaria y que esto dé como consecuencia presiones en contra de quienes opinan de manera diferente; al contrario, una institución académica de este nivel, debe tener un alto nivel de debate ideológico y que su resultado sea una institución altamente democrática a fin de ser ella, la fuente de inspiración de quién es en un futuro trabajarán en favor de la sociedad colimense y de México; enhorabuena la llegada del nuevo rector y que su mandato, sea un parteaguas para la modernización de nuestra máxima casa de estudios, pero sobre todo que consiga la democracia interna y cambie la Ley y su Reglamento que están anquilosados.

Es importante también, que se modifique la Ley y el Reglamento de la U de C para contar con garantías al interior de las competencias electorales, para ser rector de la máxima casa de estudios, pues tomando en cuenta, como está la Ley Orgánica y su Reglamento, solamente llega como rector, las cúpulas que tienen el control de poder universitario, pero todos aquellos que opinan y que quieren participar de manera independiente, no tienen ninguna garantía de llegar y resulta ilógico que en una institución educativa como la Universidad de Colima y en pleno siglo XXI pase esto, ¡no!, hay que avanzar, pero tenemos que erradicar todo obstáculo que impida que una Universidad se estanque, por eso un reto fundamental que el nuevo rector debe cortar de tajo es reformar su ley y que ésta tenga los procedimientos electorales para elegir al rector de forma democrática y el proceso de lección rectoral sea auténtico, porque así lo establece la Constitución y en una institución educativa no cabe la simulación.           

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